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Indy 500Sato alcanza la gloria, Alonso y Servià la rozan con los dedos

  • Takuma Sato se impuso en unas trepidantes 500 Millas de Indianápolis en las que sólo Helio Castroneves se atrevió a desafiar a los pilotos de Andretti Autosport.
  • Fernando Alonso estuvo siempre en cabeza y llegó a liderar la carrera, pero su motor Honda se rompió a 20 vueltas del final.
  • Oriol Servià mostro su consistencia, llegando a colocarse quinto en las últimas vueltas, hasta que un accidente le dejó fuera de juego.

12 min. lectura

Publicado: 28/05/2017 22:00

La lluvia estuvo presente durante las jornadas previas a la carrera, llegando incluso a regar el circuito durante la noche y la primera parte de la mañana en Indianápolis. Pero, a las 18:20, hora oficial del comienzo de las 500 Millas de Indianápolis, Fernando Alonso, Oriol Servià y los otros 31 participantes, iniciaron el que posiblemente quede en los libros de historia como el evento más importante del año 2017 en el deporte del motor.

Scott Dixon, Ed Carpenter y Alexander Rossi comandaron al grupo detrás del Pace Car, con Fernando Alonso debutando por fin en la Indy 500 desde la quinta plaza y Oriol Servià iniciando su décima participación desde la duodécima. En la arrancada, el piloto de McLaren-Honda-Andretti se lo tomó con mucha calma y bajó hasta la novena plaza, pero pronto comenzó a coger confianza y ya en la vuelta 6 realizó su primer adelantamiento sobre Takuma Sato.

En ese momento, tras un breve liderato por parte de Scott Dixon, Tony Kanaan asumió el peso de la primera posición para liderar hasta la llegada de las primeras paradas en boxes. Fue precisamente el líder quien abrió la ventana de paradas en la vuelta 29, haciendo lo propio Fernando Alonso dos giros más tarde desde la cuarta posición.

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Fernando Alonso adelanta a Takuma Sato en la recta de meta.

Alonso, líder de la Indy 500

Cuando todos los pilotos hubieron hecho su primer repostaje y cambio de neumáticos, Alonso volvió a la pista instalado en la tercera plaza, con Oriol Servià en la 18ª. Pronto la carrera entró en una fase de duelo entre Fernando Alonso y Alexander Rossi, con ambos adelantando a Ed Carpenter. El piloto español lideró por primera vez las 500 Millas de Indianápolis en la vuelta 36 y, aunque Rossi le devolvió la maniobra en la 43, Alonso volvió a recuperar el liderato en la 47, tomando algo de terreno con respecto a su compañero de equipo cuando llegaron los primeros doblados.

En la vuelta 53 llegó el primer accidente y, por consiguiente, la bandera amarilla. El poleman Scott Dixon y el debutante Jay Howard protagonizaron un accidente fortísimo en el que, afortunadamente, ninguno de ellos sufrió daños de importancia.

Tras unas vueltas de bandera amarilla, finalmente la dirección de carrera decidió sacar la bandera roja y la prueba se interrumpió en la vuelta 56 con Fernando Alonso líder, seguido de Rossi, Sato, Carpenter y Hunter-Reay. Oriol Servià quedaba situado en la 17ª plaza.

Dominan los Andretti Autosport

Poco más de 20 minutos después, ya con todas las barreras reparadas, la carrera volvió a reanudarse con Fernando Alonso como líder de la prueba tras el coche de seguridad, pero él y toda la parrilla decidieron entrar en boxes para realizar su segunda parada. Al término de la misma, el orden quedó igual en las primeras posiciones, con los tres Andretti Autosport de Alonso, Rossi y Sato en cabeza del grupo.

Con la llegada de la bandera verde, Alonso mantuvo la posición, pero sólo durante una vuelta antes de que Alexander Rossi se colocaba como líder y, en poco margen de tiempo, el español pasó a ser el último de los cuatro monoplazas de Andretti que tomaron la cabeza.

Pero poco duró la calma, pues Conor Daly pisó la zona sucia cuando estaba inmerso en un adelantamiento múltiple y no pudo evitar irse al muro en la curva 2, provocando con ello la segunda bandera amarilla de la tarde e involucrando a Jack Harvey en el accidente, al intentar el debutante evitar los restos del monoplaza de Daly.

Castroneves asoma la cabeza

En la vuelta 75 la carrera volvió a relanzarse y pronto Alexander Rossi recuperó el liderato, adelantando también Hunter-Reay a Sato en la siguiente, algo que repitieron Alonso y Kanaan en la 77. Dos giros más tarde, fue Hunter-Reay el piloto de Andretti Autosport quien heredó el liderato, pero en la vuelta 81 Marco Andretti perdió uno de los deflectores del alerón trasero, que quedó en la recta de meta y obligó a la dirección de carrera a decretar una nueva bandera amarilla.

Todo ello lo aprovecharon bastantes pilotos para detenerse en boxes, entre los que se encontraban los primeros clasificados. Will Power no lo hizo y se colocó líder, pero en la resalida Max Chilton le pasó para comandar el grupo, con Fernando Alonso bajando a la sexta plaza.

Pero el ataque de los Andretti Autosport no se hizo esperar y Ryan Hunter-Reay recuperó el liderato en la vuelta 86, con Alexander Rossi y Fernando Alonso ganando posiciones a buen ritmo.

Con 95 giros completados y al filo del ecuador de la carrera, Helio Castroneves accedió al liderato tras adelantar en breve espacio de tiempo a Ryan Hunter-Reay y Alexander Rossi, que fue inmediatamente adelantado también por Fernando Alonso, aunque el estadounidense se la devolvió cumplidas las 99 vueltas de carrera. En ese momento, Oriol Servià se mantenía en la 13ª posición con Alsehin y Sato como compañeros de viaje.

Castroneves y el resto de pilotos que no se habían detenido en boxes en la anterior bandera amarilla decidieron hacerlo en la vuelta 104, dejando el liderato en manos de Alexander Rossi, pero con Ryan Hunter-reay y Fernando Alonso siguiendo de cerca al ganador de la edición de 2016.

Poco después hicieron lo mismo los pilotos de Andretti, dejando el liderato momentáneo en manos de Graham Rahal, que sólo le duró las dos vueltas que tardó en imitar a los que hasta el momento estaban siendo los casi absolutos dominadores de la prueba.

Tras las operaciones en boxes. Hunter-Reay alcanzó un liderato nada despreciable de tres segundos sobre Rossi y Alonso. Ello propició que el piloto español no quisiese permitir que su compañero se escapara, adelantando a Rossi y entrando en un duelo personal con Hunter-Reay con doblados de por medio. Precisamente fue uno de ellos, Buddy Lazier, el que provocó una nueva bandera amarilla al perder el control en la curva 2, lo que permitió que el grupo se compactara de nuevo ya con 125 giros completados de los 200 previstos.

En las siguientes diez vueltas se produjeron dos banderas amarillas más que interrumpieron el duelo entre Hunter-Reay, Alonso y Rossi, pero en la segunda de ellas Ryan fue el protagonista al romper el motor Honda que tantos dolores de cabeza ha dado a sus equipos cliente en estos quince días de actividad en Indianápolis.

De ese modo quedaba fuera de juego uno de los grandes animadores de la carrera hasta ese momento y claro favorito al triunfo. Mientras, Fernando Alonso se mantenía en el liderato, con Oriol Servià ganando poco a poco posiciones y colocándose quinto con 138 vueltas completadas. Sin duda la satisfacción del piloto catalán con el comportamiento de su coche en condiciones de carrera estaba justificada.

Dicha circunstancia fue aprovechada por Alonso y Rossi entre otros para detenerse en boxes, pero el ganador de 2016 se vio muy lastrado por un problema con la manguera de combustible, bajando hasta la 21ª plaza, mientras que Alonso se mantenía en la duodécima posición. Oriol Servià se colocaba justo delante y Charlie Kimball pasaba a liderar provisionalmente.

Los motores Honda siguen cayendo

En la resalida, se pusieron de manifiesto las diferentes estrategias, con Max Chilton y Charlie Kimball debiendo parar antes de llegar a la ventana de 30 vueltas para el final que asegura no tener que detenerse hasta el final, con Castroneves, Servià y Alonso por otro lado con margen en ese sentido y Davison entre dos aguas.

Pero tras unas vueltas de estabilidad, el motor Honda de Charlie Kimball también se rompió y eso provocó una bandera amarilla muy oportuna para muchos, permitiendo unificar las estrategias y anticipando un final de velocidad pura.

Con 29 vueltas para el final, la bandera verde volvió a ondear y Max Chilton lideró el grupo con Oriol Servià quinto ganando posiciones y Fernando Alonso noveno. Pero el desastre sobrevino a sólo 20 giros del final, cuando se produjo la tercera rotura de un motor Honda, en este caso en el coche de Fernando Alonso. Y es que, a tenor de lo ocurrido en los últimos años en la carrera deportiva del español, casi parecía imposible que su carrera acabase de otro modo.

Oriol Servià se mantenía en los puestos de cabeza y haciendo gala de un ritmo espectacular, pero en la resalida tras la bandera amarilla por la rotura de Alonso y con sólo 16 giros para el final, se produjo un accidente múltiple tras tocarse el español con James Davison, algo que también dejó fuera de combate a Hildebrand, Power y Newgarden.

En la resalida, con sólo once vueltas para el final, Max Chilton lideraba el grupo con Takuma Sato, Ed Jones y Helio Castroneves a su estela. El veterano brasileño pronto avanzó posiciones hasta colocarse primero a siete giros del final, pero entonces emergió un impresionante Takuma Sato que, no sólo asaltó el liderato a cinco vueltas del final, sino que mantuvo esa posición de privilegio hasta la bandera a cuadros con un Castroneves incapaz de atacarle a pesar de contar con el rebufo.

De ese modo, el único piloto de Andretti Autosport que aguantó sin percance alguno en carrera, se llevó la victoria en una carrera apasionante de principio a fin en la que el japonés alcanzó la gloria, pero tanto Fernando Alonso como Oriol Servià la rozaron con la punta de los dedos, completando así una 101ª edición de las 500 Millas de Indianápolis histórica para nuestro país.

Fotos: IndyCar

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