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El "impuesto al diésel" no llegará en 2021, pero...

El Gobierno de España está atando los cabos para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado con las fuerzas políticas que hicieron posible la moción de censura de 2018. Una de sus medidas estrella, el «impuesto al diésel», se ha pospuesto

El "impuesto al diésel" no llegará en 2021, pero...
Pleno del Congreso de los Diputados, hoy, 1 de diciembre - Congreso de los Diputados

6 min. lectura

Publicado: 01/12/2020 22:00

A la tercera tampoco ha ido la vencida. La iniciativa del PSOE de armonizar los impuestos del gasóleo y de la gasolina (una diferencia de casi 10 céntimos por litro) tiene que volver a esperar. En los PGE de 2018 se planteó como oposición. En 2019 los PGE no se pudieron negociar con éxito y se prorrogaron los de 2018. Para los de 2020 pasó igual. Los PGE de 2021 están a tiro.

Los apoyos al Gobierno del PSOE de Unidas Podemos, fuerzas independentistas/regionalistas y otros grupos alineados a la izquierda van a dar el «sí» a las cuentas, y con eso basta aunque el Partido Popular, Ciudadanos y VOX voten en contra. Aprobados los PGE para 2021, la coalición de izquierdas tendrá más margen para gobernar lo que resta de legislatura.

El Partido Nacionalista Vasco, de quien dependían seis votos, también dará el «sí», habiéndose satisfecho varias reivindicaciones. Una de ellas era suprimir el «impuesto al diésel», que al igual que las fuerzas de derecha y centro-derecha, no era de su agrado -ni el de sus votantes-. El quid de la cuestión es el cuándo.

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El razonamiento para elevar la fiscalidad al gasóleo es simple, aparte del meramente recaudatorio -450 millones de impacto en 2021 y 50 millones en 2022-, es que ya no tiene sentido bonificar al gasóleo. Por ello se tiene que ir equilibrando la imposición respecto a la gasolina.

No obstante, aunque se alcanzase dicha paridad en impuestos de hidrocarburos por litro, los que usan gasolina seguirán pagando más, ya que sus motores consumen más litros para el mismo resultado respecto a los de gasóleo. Por otro lado, se supone que estamos en medio de una transición ecológica, y el gasóleo no tiene mucho de ecológico que se diga.

Recientemente, el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió de que en plena recesión económica no es momento de penalizar a las rentas medias y bajas con nuevas figuras impositivas. Porque el gasóleo no es precisamente un combustible para ricos y está ligado fuertemente a la economía, las PYMEs y los autónomos.

Que en 2021 no se eleven los impuestos al gasóleo -o mejor dicho, que no se reduzca su bonificación- es una victoria a corto plazo que tiene que ver más con la geometría variable parlamentaria a la que está sometido el ejecutivo de Pedro Sánchez (PSOE). El problema simplemente se ha aplazado. Todo esto por una subida de 3 céntimos por litro, ya que no se iban a subir 10 céntimos de golpe.

Desde la Asociación Nacional de Comerciantes de Vehículos (ANCOVE), se felicitan por la enmienda del PNV para evitar el aumento de esa fiscalidad, pues aunque los vehículos nuevos se venden cada vez menos con motorizaciones de gasóleo, en el mercado de ocasión el 65% de lo que se mueve es Diesel.

Las matriculaciones de turismos cayeron de nuevo un 18,7% en noviembre, hasta 75.708 unidades

El portavoz del Grupo Vasco, Aitor Esteban, dijo ser consciente de que la transición a la fiscalidad verde se tendrá que llevar a cabo, y que la industria tendrá que transformarse, pero ahora está sometida a mucha presión. «Precipitar esta medida y ponerla en vigor no es nada beneficioso», dijo en una de sus intervenciones.

Posiblemente, este tema vuelva a salir en un futuro no muy lejano, y que finalmente el gasóleo acabe con la misma carga fiscal que la gasolina. Cuando eso ocurra, tener un diésel implicará más tiempo para amortizarlo, pero el gasóleo seguirá costando un poco menos que la gasolina y, en definitiva, con gasóleo se pagarán menos impuestos de hidrocarburos frente a con gasolina.

Pero el problema subyaciente es que el Gobierno tendrá 500 millones menos de euros que pensaba recaudar, y que tendrán que obtenerse de otra forma. El incremento del 2% del impuesto al seguro nos lo vamos a comer igual, y sigue siendo una amenaza importante el cobro de peajes electrónicos por utilizar las autovías y autopistas, la misma jugarreta que se hizo en Portugal.

Si piensas comprar un diésel, hazlo tranquilo. Solo has de considerar que es posible que, si se reduce la bonificación a medio plazo, haya que hacer unos miles de kilómetros más para que salgan las cuentas. Nada más, el mundo va a seguir girando. Eso sí, infórmate bien, porque hay más variables a considerar para no arrepentirse de la compra; el precio del combustible solo es una de ellas.

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