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El impacto del coche eléctrico en la producción de petróleo es tan ínfimo que a este le quedan varias décadas de vida

El coche eléctrico crece a buen ritmo en el parque móvil mundial, pero su impacto en la producción de petróleo es de únicamente un 1,25 %, lo que garantiza que los combustibles fósiles seguirán muy presentes durante unas cuantas décadas.

El impacto del coche eléctrico en la producción de petróleo es tan ínfimo que a este le quedan varias décadas de vida
Plataforma petrolífera marina.

7 min. lectura

Publicado: 23/06/2023 13:30

La descarbonización se considera una estrategia fundamental para lograr la transición hacia una economía baja en carbono y alcanzar los objetivos establecidos por los diferentes países y administraciones en el Acuerdo de París.

La corriente que prioriza la descarbonización como arma contra el calentamiento global sostiene que es necesario reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente provenientes de la quema de combustibles fósiles, para evitar los peores impactos del cambio climático.

El transporte por carretera representa el componente más grande de la demanda mundial de petróleo, con un 45 % del total

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Esta corriente argumenta que la quema de combustibles fósiles es la principal fuente de emisiones y que su eliminación gradual es esencial para frenar el aumento de la temperatura global.

La descarbonización se enfoca en distintos sectores, como la generación de energía, el transporte, la industria, la agricultura y los edificios. Se busca reemplazar los combustibles fósiles por fuentes de energía renovable, como la solar, la eólica, la hidroeléctrica y la geotérmica. Además, se promueve la eficiencia energética y la adopción de tecnologías más limpias en los procesos industriales.

Al petróleo le queda mucha vida por delante

Las previsiones indican que la demanda mundial de petróleo alcanzará su punto máximo en esta década, concretamente en 2027.

A medida que más personas cambien de vehículos de gasolina y diésel a vehículos eléctricos, el consumo de petróleo para el transporte por carretera disminuirá aproximadamente a la mitad para el año 2050, dejando una demanda de cerca de 20 millones de barriles al día.

Sin embargo, esto sigue siendo una cantidad considerable, equivalente a la producción de petróleo de Estados Unidos registrada en 2022.

El coche eléctrico tiene, de momento, un impacto mínimo en el mercado del petróleo.

Aunque se están logrando avances en la adopción de vehículos eléctricos, la flota existente de automóviles de emisiones cero ahorra casi 300.000 barriles de petróleo al día, una cifra muy baja (1,25 %) en comparación con los más de 24 millones de barriles al día consumidos por los vehículos de motor de combustión actualmente en circulación.

Es de esperar que más conductores hagan el cambio a medida que los objetivos climáticos y la disminución de los costes de las baterías hagan que los vehículos eléctricos sean más asequibles.

Sin embargo, las estimaciones afirman que en 2050 habrá más de 1.000 millones de vehículos eléctricos de pasajeros en circulación en 2050. Son muchos, pero aún así faltarían 445 millones más para eliminar completamente el consumo de petróleo y lograr emisiones netas cero en el transporte por carretera.

Las previsiones son buenas en algunos mercados importantes, como China, Alemania y el Reino Unido. En ellos se prevé alcanzar el 100 % de las ventas de automóviles de pasajeros eléctricos para mediados de siglo. Pero, de nuevo, esto es mucho más tarde de lo requerido y otros países están aún más lejos.

El problema no se limita a los automóviles de pasajeros, ya que se espera que todos los segmentos de vehículos acumulen un déficit en su trayectoria hacia las emisiones netas cero en las próximas décadas.

Ejemplos de ello son las furgonetas y camiones, cuya descarbonización está siendo lenta. O la penetración de trenes motrices alternativos en el transporte pesado a larga distancia, que plantea desafíos adicionales.

La clave está en el transporte por carretera

Según el Escenario de transición económica de BNEF, se estima que en 2050 quedarán alrededor de 20 millones de barriles por día de demanda de petróleo.

De estos, aproximadamente nueve millones de barriles por día provendrán de los 445 millones de automóviles de pasajeros de gasolina y diésel que existirán en ese momento. Sin embargo, la demanda de petróleo por parte de los vehículos comerciales de motor de combustión, que son una flota mucho más pequeña pero consumen más combustible, superará esto con 11 millones de barriles diarios.

El transporte por carretera representa el componente más grande de la demanda mundial de petróleo, con un 45 % del total el año pasado.

A las gasolineras les queda aún mucha vida por delante.

Aunque los vehículos eléctricos podrían reducir la demanda de petróleo a largo plazo, esto no necesariamente resultará en una caída de los precios del petróleo. Si la inversión en nuevas fuentes de suministro se reduce más rápido que la demanda, los precios podrían mantenerse altos y volátiles.

En comparación con otros sectores como la aviación y el transporte marítimo, el transporte por carretera ya cuenta con alternativas competitivas en costes a los combustibles fósiles. Sin embargo, en estas industrias las opciones siguen siendo limitadas debido a barreras tecnológicas y económicas.

Esto significa que existe la posibilidad de acelerar la llegada del pico de demanda de petróleo y avanzar hacia un consumo cero en el transporte por carretera para 2050. Sin embargo, esto dependerá de la colaboración de diversos actores como gobiernos, inversores, fabricantes de automóviles, fabricantes de baterías, operadores de carga y mineros, entre otros.

Fotos: Freepik

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