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¿Volveremos a ver más desarrollos conjuntos de motores térmicos antes de 2035?

Se va clarificando el culebrón de 2035. Que se haya abierto la puerta a mantener los motores térmicos pasada esa fecha no significa ni mucho menos que tengan una expectativa de vida muy alta en el corazón del mercado, pero se beneficiarán algunos nichos.

¿Volveremos a ver más desarrollos conjuntos de motores térmicos antes de 2035?
Motor 2.0 L4 del Chrysler Neon (en un Plymouth americano)

6 min. lectura

Publicado: 27/03/2023 22:30

Los defensores de los motores de combustión interna están de enhorabuena, la Unión Europea ha dado su brazo a torcer y ha ligado la supervivencia de los térmicos más allá de 2035 a que haya combustibles sintéticos para que puedan repostar y minimicen su impacto medioambiental.

Los principales beneficiarios serán los fabricantes de menor volumen y con configuraciones potentes o exóticas, aunque para los generalistas y Premium tampoco van a cambiar mucho las cosas. De momento los motores térmicos tienen un obstáculo a superar, y se llama Euro 7.

Existen dudas de que pueda cumplirse el calendario previsto. La futura normativa es más estricta todavía que la última etapa de Euro 6, lo que implica que cumplir será más complicado y que será también costoso. Los primeros afectados serán los motores de coches económicos, dado su menor margen y la menor predisposición de la clientela a pagar más.

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El futuro es esto: plataformas 100% eléctricas, con menos condicionantes de diseño, y motores que requiren muchísimas menos piezas y componentes auxiliares

La mayor exigencia a nivel de i+D es un obstáculo adicional a todos los que hay en este momento: electrificación a marchas forzadas que requiere puesta en marcha de una industria nueva, más tecnología, conducción semiautónoma, inflación generalizada, etc.

Como hemos recordado más de una vez, habrá fabricantes que «pasen» de homologar ciertos motores para Euro 7 y solo se ofrezcan para mercados de exportación. Otros se gastarán todo lo necesario en dar el salto, sobre todo modelos medios y altos en gamas generalista y Premium, pero poca cosa veremos sin hibridar en 2025.

En este contexto de costes de desarrollo elevados y una producción de motores térmicos que puede ir a menos, hay un comodín que distintos fabricantes pueden emplear, incluso entre competidores: desarrollos conjuntos. Por ejemplo, tenemos el precedente de los motores gasolina Tritec para Chrysler, Rover y BMW. Y antes de eso, tenemos los PRV de Peugeot, Renault y Volvo.

Los motores TDI del Grupo Volkswagen, aunque no se codesarrollaron con terceros, sí fueron instalados en los vanos de marcas de la competencia

Repartiendo los costes entre más fabricantes se simplifican varias cosas: cada uno tiene menos que gastar, se simplifican las referencias de recambio, se optimizan los recursos de producción en menos fábricas... pero por otro lado se pierde diferenciación si modelos competidores tienen bajo el capó el mismo motor.

No sería ni la primera ni la última vez que un fabricante compra motores a otro, participando en el desarrollo o no

Por otro lado, estandarizar tiene riesgos, como que un defecto de diseño se convierta en un problema estándar para varios fabricantes a la vez, y que haya que pagar también «a escote» las consecuencias en forma de costes de garantía, compensaciones a clientes, etc. También puede tener sentido estandarizar plataformas compatibles con motores térmicos.

Más allá de Euro 7, puede convertirse en una buena opción para que el motor de combustión siga siendo competitivo para el grueso del mercado, antes de que los eléctricos asequibles rompan el punto en el que pasan a tener precios similares nuevos. A partir de ahí, las matemáticas benefician a los eléctricos desde el primer día, recargar es más barato que repostar.

La cosa se complicará para los fabricantes cuando la producción de ciertos motores deje de ser rentable, sobre todo si hay que seguir reduciendo consumos y emisiones. A partir de cierto punto, simplemente no les va a merecer la pena. No todos los fabricantes son Ferrari, que puede permitirse producir poco porque tiene márgenes muy altos.

Al contrario, los generalistas y Premium no perderán dinero fabricando «relojes de cuco», habida cuenta de que los motores eléctricos en producción masiva requieren muchas menos piezas y son altamente modulables y reconfigurables sin tener que compartir riesgos con la competencia.

En consecuencia, más allá de 2035 pocos motores térmicos vamos a ver fuera de la gama alta o nichos de mercado, porque el grueso del mercado ya habrá transicionado a los motores eléctricos. Tan pronto se igualen precios de vehículos nuevos, térmicos (incluyendo híbridos) y eléctricos, estos últimos serán los que se acaben imponiendo. Si dan la libertad a la clientela de elegir, creédme, estos elegirán lo que más les convenga.

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