Prueba Hyundai Nexo, la alternativa de la alternativa (con vídeo)
Los coches eléctricos son una propuesta de movilidad alternativa a los tradicionales motores de combustión. Los coches con pila de combustible de hidrógeno son un tipo de automóvil eléctrico aún más especial y hemos probado el más avanzado que existe: el nuevo Hyundai Nexo.
Cuando hablamos de coches eléctricos siempre hablamos de movilidad alternativa por ser una opción con cero emisiones contaminantes a los tradicionales motores de combustión. Los coches con pila de combustible de hidrógeno son un tipo de coche eléctrico aún más especial y suponen la alternativa de la alternativa a pesar de que sus múltiples ventajas siempre tropiezan con la misma piedra: la falta de infraestructuras de suministro de hidrógeno.
De aquí a 2020 el Grupo Hyundai va a lanzar una quincena de modelos sostenibles, más respetuosos con el medio ambiente que los habituales coches con motor de combustión. En su gama ECO uno de los más llamativos y peculiares llega este mismo año. Se trata del Hyundai Nexo, sorprende no sólo por su aspecto sino porque para desplazarse utiliza hidrógeno y hemos ido a Noruega para conocerlo a fondo.
Hyundai siempre se ha postulado como uno de los abanderados de este tipo de tecnología con cero emisiones. Su larga experiencia no pasa desapercibida para el resto de fabricantes que ven cómo está evolucionando la tendencia hacia el hidrógeno y su interesante futuro. Audi ha unido fuerzas con Hyundai para desarrollar esta tecnología, que tendrá un hueco en su gama y quizá en el resto de marcas del Grupo VAG.
La marca coreana fue el primer fabricante en comercializar en serie un modelo alimentado con pila de combustible de hidrógeno, allá por 2013, el Hyundai ix35 FCEV. El Nexo es su sucesor natural aunque ha cambiado su filosofía: el ix35 de pila de combustible derivaba del ix35 estándar y tenía también ese aspecto convencional pero el Nexo es un SUV diseñado exclusivamente para consumir hidrógeno, tiene un diseño diferenciado al del resto de modelos y una plataforma exclusiva.
El frontal es toda una declaración de intenciones y mantiene los rasgos del prototipo Hyundai Next Generation FCEV. Por supuesto lo primero que llama la atención es la imponente parrilla en cascada que ocupa casi toda la parte delantera. Encima se ubican las luces diurnas LED que están unidas entre sí por una luz. Los faros principales tienen forma triangular y están colocados muy cerca del extremo del coche. Desde luego su imagen es muy llamativa.
La aerodinámica ha sido una característica especialmente cuidada en esa búsqueda de la mayor eficiencia como se ve en la forma de las llantas de aleación de 19 pulgadas o en los tiradores de las puertas que quedan enrasados en la carrocería, siendo éste el primer coche en el que Hyundai utiliza esa solución.
Los bajos están completamente carenados y el flujo de aire está dirigido por unos canales situados en el pilar D. Un pilar que, junto con el pilar A, tiene una sección en color negro para dar una sensación de techo flotante. Detrás el protagonismo es para los pilotos, una vez más de diseño triangular, y un paragolpes con un aspecto bastante agresivo que contrasta con un portón totalmente liso.
Para diseñar el interior, Hyundai tenía que hacer frente a un reto: El hidrógeno ocupa mucho espacio y por lo tanto los depósitos que lo contienen roban mucha habitabilidad. Para salvar este escollo, Hyundai ha optado por no utilizar un sistema con uno o dos depósitos de hidrógeno como se venía utilizando hasta ahora y por primera vez se utilizan tres depósitos, cada uno de ellos de 52,2 litros. Como esos depósitos son más pequeños se pueden distribuir mejor y aprovechar más el espacio.
De esta manera, por ejemplo, el espacio de carga es bastante notable con un maletero que tiene una capacidad de 461 litros. No es una cifra sobresaliente para un SUV de 4,67 m de longitud, pero para un coche de pila de combustible está realmente bien.
El interior es amplio y el salpicadero resulta llamativo por su acabado plateado, los materiales de buena calidad como el revestimiento con base de bambú y la disposición horizontal mostrando un diseño futurista. El frontal está dominado por dos pantallas LCD en una disposición que me recuerda a la de algunos modelos de Mercedes.
A través del aro del volante, que por cierto sólo tiene dos radios, queda un cuadro de instrumentos digital formado por una pantalla de 7 pulgadas. Al lado se complementa la información con una gran pantalla de 12,3 pulgadas del sistema multimedia, un sistema muy completo y con una gran calidad de imagen.
El interés por los coches de hidrógeno crece pero las infraestructuras siguen siendo insuficientes
Uno de los aspectos más llamativos es la consola central, muy ancha, muy alta y con un diseño flotante. Aquí se acumulan muchos botones, quizá demasiados y todos con un aspecto parecido así que puede abrumar al principio hasta que los dominamos todos. Hay tantos botones que incluso la transmisión de tipo shift by wire funciona mediante botones en lugar de emplear la típica palanca.
Dos de los tres depósitos de hidrógeno están situados bajo los asientos traseros, aunque pasa desapercibido porque el espacio en la fila trasera es abundante. Tres adultos de hasta 1,80 m de estatura pueden encontrar acomodo sin estrecheces, si bien el pasajero central irá más incómodo por la forma del respaldo en esta zona.
Sin las limitaciones de los coches eléctricos de baterías
El Hyundai Nexo se mueve gracias a un motor eléctrico con 120 kW de potencia que equivalen a 163 CV. La energía eléctrica que emplea este motor procede de una batería con una capacidad de 40 kW que se encuentra situada bajo el maletero. A diferencia de un coche eléctrico convencional, esa batería no se recarga directamente de la red eléctrica sino que se recarga mediante una pila de combustible que funciona con hidrógeno.
El sistema funciona de manera que el aire entra en las celdas de combustible, de manera que el oxígeno del aire reacciona con el hidrógeno. Dicho de otra manera, el hidrógeno se oxida y eso produce energía y agua. Esa energía eléctrica es la que va a las baterías y el agua se expele por el escape. Así que el Nexo no se produce ningún tipo de emisión contaminante, sólo se expulsa agua.
Y aquí viene lo más fascinante de este coche: no solo no emite partículas contaminantes sino que además limpia el aire. Esto se debe a que cuando circula absorbe aire, que pasa por un filtro que retiene casi el 99,9% de las partículas del aire, se purifica, y después se expulsa vapor de agua ya sin esas partículas. La movilidad sostenible en su máxima expresión.
El Nexo abre el camino de una nueva generación de vehículos Fuel Cell, presentando mejoras en el sistema de suministro de aire y también reduciendo los tiempos de reabastecimiento de combustible. Hacen falta menos de cinco minutos para llenar los nada menos que 156,6 litros de hidrógeno que caben en los depósitos del modelo de Hyundai. Así que en este sentido no hay apenas diferencia con respecto a lo que se tarda en llenar de carburante un coche con motor de combustión en una gasolinera.
En marcha se muestra muy silencioso, con un habitáculo bien insonorizado y unas suspensiones que cuidan a los ocupantes con guantes de seda. Las prestaciones son más que suficientes para el día a día en un coche de este segmento. Entrega la potencia de una manera muy progresiva, su respuesta es agradable, acelera de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos y la velocidad máxima es relativamente baja, 179 km/h.
En base a su planteamiento en cierto modo futurista, el equipamiento tiene algunos elementos llamativos como la cámara que evita los puntos ciegos ya que en la instrumentación aparece la imagen lateral y trasera izquierda o derecha cuando se cambia de carril, el asistente de mantenimiento de carril que corrige la dirección para mantener el vehículo en el centro del carril o Aparcamiento Autónomo Remoto (RSPA) con el que el coche aparca de manera automática en línea o batería ya sea con o sin conductor.
El los depósitos caben 6,3 kg de hidrógeno y el consumo medio homologado es de 0,95 kg/100 km. La autonomía estimada de 666 km según el nuevo ciclo de emisiones WLTP así que tiene más autonomía que un eléctrico de baterías, siendo comparable a los motores de combustión interna. Con esa autonomía y tiempo de reabastecimiento se pueden plantear viajes de larga distancia sin inconvenientes si pudiéramos llenar los depósitos de hidrógeno en algún sitio.
En la actualidad prácticamente no hay lugares dónde recargar hidrógeno, así que no hay demanda para estos coches y viceversa. Esto hace que su volumen de ventas sea muy bajo y por lo tanto su tecnología no se abarata provocando un precio de venta muy elevado. En España, el Hyundai Nexo cuesta 69.000 euros así que resulta poco accesible.
En muy pocos mercados va a tener una demanda significativa porque, sin una infraestructura detrás, sigue siendo una apuesta de futuro. El Hyundai Nexo se sitúa a la cabeza de los coches de pila de combustible donde sus únicos rivales son el Toyota Mirai y el Honda Clarity y conseguirá que esta alternativa sostenible capte un mayor interés y, quién sabe, quizá logre que los coches de hidrógeno dejen de ser tan solo una gota en el océano del mercado automovilístico.