¿Cómo o cuándo saber que hay que cambiar los amortiguadores del coche?
Los amortiguadores son un elemento clave del sistema de suspensión de un vehículo y son fundamentales para garantizar la seguridad...
El anti-dive o antihundimiento es un efecto que se genera en los vehículos para evitar que la parte delantera de estos se hunda hacia abajo durante la fase de frenada. Para conseguirlo, el sistema anti-dive limita la compresión de la suspensión delantera.
La física de un vehículo determina de manera muy acusada su comportamiento, seguridad y prestaciones. Por tanto, un buen comportamiento dinámico se basa en un minucioso estudio de las fuerzas dinámicas del mismo, así como la implantación de sistemas adecuados que mitiguen los efectos adversos. Uno de esos sistemas es el Anti-dive.
Como todo conductor sabe, al aplicar fuerza sobre el pedal del freno, el vehículo tiende a hundirse de la parte delantera. Esto se debe a que se produce una transferencia de pesos hacia el eje delantero del mismo que provoca que las suspensiones delanteras se hundan.
Con el objetivo de limitar la compresión de la suspensión delantera que hace descender el morro, se creó el sistema Anti-dive o antihundimiento. Esto es importante porque dicho hundimiento genera cabeceo e inestabilidad en la frenada, además de limitar el recorrido de la suspensión.
A medida que los vehículos han ganado peso y velocidad, en combinación con suspensiones más blandas, se ha hecho más importante controlar este efecto.
El sistema Anti-dive tiene como objetivo evitar que la suspensión delantera se comprima en exceso. Para ello, se utiliza un complejo diseño de la geometría de las suspensiones de manera que la parte trasera quede más baja que la delantera en las frenadas, generalmente gracias a una inclinación del brazo superior de la suspensión.
En concreto, el par de fuerzas actúa sobre los brazos de suspensión, provocando la elevación de la suspensión delantera. Además, este efecto es proporcional a la intensidad de la frenada, del mismo modo que lo es el par de fuerzas generado.
Como regla general, el límite práctico de antihundimiento se establece en un 25 %, ya que a partir de ahí el efecto conseguido es contraproducente y se provoca un rebote en las ruedas delanteras.
El efecto contrario al Anti-dive es el Anti-squat. Consiste en impedir o reducir la tendencia de la parte delantera a elevarse, o de la trasera a hundirse, cuando se produce una aceleración enérgica.
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