En sus más de 30 años de historia el Renault Mégane ha estado disponible en multitud de variantes de carrocería. El icónico (e incombustible) compacto francés ha sabido adaptarse perfectamente a los cambios de tendencia que se han producido en el mercado. Renault ha comercializado diferentes tipos de carrocerías en la gama Mégane. Hatchback, Cabrio, Sedán, Sport Tourer... Sin embargo, solo hay una carrocería que podamos definir como principal.
El Salón del Automóvil de Frankfurt de 1995 fue el escenario elegido por Renault para la puesta de largo en sociedad del Mégane. Un modelo que debutó originalmente como un Hatchback de cinco puertas. Una carrocería que ha sido el pilar central sobre el que se ha sustentado la gama y que ha perdurado hasta nuestros días. El Renault Mégane Hatchback, también denominado Mégane Berlina, ha concentrado históricamente la mayor parte de las matriculaciones de este modelo.
Desde su lanzamiento en el año 1995 han visto la luz un total de cuatro generaciones y numerosas actualizaciones. Millones de unidades vendidas a nivel global atestiguan el éxito comercial del Renault Mégane Berlina. Un modelo que lidia en un segmento donde la competencia es voraz.
La llegada al mercado de la cuarta generación marcó un punto de inflexión en la historia del Mégane Hatchback. Y es que, como veremos más adelante, fue el momento elegido para su electrificación.
El Mégane con carrocería de cinco puertas que podemos encontrar actualmente en los concesionarios mide 4,36 metros de largo. Una longitud que le sitúa en el «corazón» del segmento C. En su interior, que es muy espacioso, hay disponibles un total de cinco plazas. La distancia entre ejes alcanza los 2,67 metros. El maletero cubica un volumen de carga de 473 litros. Una cifra que se puede incrementar hasta los 1.367 litros en caso de abatir los respaldos de los asientos posteriores.
Como bien hemos señalado, el compacto de Renault debe enfrentarse a una larga lista de adversarios. Entre los principales rivales del Renault Mégane Berlina se encuentran modelos tan importantes (y conocidos) como el SEAT León, el Ford Focus, el Opel Astra, el Volkswagen Golf, el Toyota Corolla, el Honda Civic, el Peugeot 308, el Skoda Scala, el Citroën C4, el Hyundai i30 y el KIA Ceed.
La gama de motores del Renault Mégane Berlina ha variado de manera importante con el paso de los años. Ha sido comercializado con diferentes tipos de motorizaciones. Está disponible junto a motores de gasolina y diésel. El rango de potencias abarca desde los 115 CV hasta los 300 CV. En función del motor elegido nos encontraremos con una caja de cambios manual o una transmisión automática. Siempre con tracción.
El lanzamiento de la cuarta generación marcó el momento en el que este compacto sucumbió a la electrificación. Y más concretamente a la tecnología híbrida enchufable (PHEV). El
Renault Mégane E-Tech Hybrid tiene una batería de iones de litio de 9,8 kWh. Gracias a esta batería puede circular hasta 50 kilómetros en modo 100% eléctrico y, por lo tanto, luce el distintivo ambiental 0 Emisiones de la DGT (Dirección General de Tráfico) con todas las ventajas de movilidad que ello supone.
La desaparecida división deportiva Renault Sport es la encargada de coronar la gama con una variante de altas prestaciones. El Renault Mégane R.S., disponible exclusivamente con carrocería Hatchback (5 Puertas) arroja 300 CV y presume de comportamiento dinámico.
El Renault Mégane Berlina se fabrica en España. En concreto, el proceso de producción en serie se lleva a cabo en unas instalaciones del Grupo Renault localizadas en Palencia. En esta planta se fabrica también la carrocería familiar (Sport Tourer) del Mégane.