Es uno de los protagonistas de la vigesimoquinta entrega del agente 007 y no es para menos. Y es que el DBS Superleggera es un auténtico deportivo de ensueño.
En la estética nos encontramos que el frontal está dominado por una enorme parrilla y unas líneas muy elegantes que acompañan el lateral del deportivo.
Disponible en coupé y descapotable con la versión denominada volante, lo que no varia es su corazón y no es pequeño. Con un 5.2 V12, el DBS Superleggera produce 725 CV de potencia que lo disparan de 0 a 100 en 3,4 segundos pudiendo alcanzar los 340 kilómetros por hora de velocidad punta.
En el interior, al igual que el DB11, nos encontramos con que el lujo toma el control. Con un gran número de superficies personalizables y obviamente cubiertas por piel que le dan un acabado excelente como es de esperar en un coche que supera los 300.000 euros de precio de partida.