Muere una leyenda, el Renault R25 de Fernando Alonso
La Fórmula 1 más legendaria sigue viva a través de los grandes premios históricos, que se celebran cada año en diferentes circuitos del mundo. El pasado fin de semana le tocó a Paul Ricard, pero uno de los coches estrella acabó de la peor manera posible.

La Federación Francesa de Automovilismo (FFSA por sus siglas en francés) organizó el pasado fin de semana del 25 al 27 de abril el Grand Prix Histórico de Fórmula 1 en el circuito Paul Ricard, un evento que también han vivido lugares míticos como Mónaco o el Jarama.
En esta ocasión, acudieron numerosos monoplazas y vehículos de otras categorías, principalmente de los años 70 y 80, aunque también muchos otros de épocas más recientes. Tampoco faltaron grandes personalidades del mundo del motor.
Por ejemplo, leyendas francesas como Alain Prost, Jean Alesi o René Arnoux, así como Jacques Villeneuve, Stefan Johansson, Marcel Fassler o incluso el CEO de McLaren Racing Zak Brown, un gran entusiasta de los clásicos y poseedor de una fantástica colección. Incluso, una estrella contemporánea como Charles Leclerc no faltó a la cita.
Un fin de semana accidentado
Lamentablemente, varias máquinas acabaron malparadas tras producirse algunos incidentes en la pista. Y todo ello a pesar de que pocos circuitos en el mundo son más propicios para este tipo de eventos que Paul Ricard, ya que cuenta con escapatorias inmensas de asfalto que permiten realizar maniobras evasivas con facilidad, así como evitar los muros.
Uno de los accidentes más comentados fue el que se dio en la categoría más ‘joven’, en la que toman parte monoplazas de GP2, Fórmula 3000, Super League Formula y Fórmula Renault 3.5, entre otros. En la carrera, en la que también estaban presentes algunos F1 como el Williams FW33 de 2011 o el Prost AP02 de 1999, se produjo un accidente entre uno de los GP2 y el Rial ARC2 de 1989, cuando el primero se fue contra él, provocándole bastantes daños.
La muerte del Renault R25 de Fernando Alonso
El Rial de Fórmula 1 es un monoplaza que merece su respeto, aunque sólo sea por su antigüedad, pero no podemos negar que el momento verdaderamente luctuoso del fin de semana fue la muerte de uno del que posiblemente sea el coche más vinculado a la historia de Fernando Alonso en la categoría reina.
El Renault R25 de 2005, el primer Mundial del piloto asturiano, era una de las grandes atracciones del fin de semana con su motor V10 de sonido celestial, y que tanta admiración produjo en el Gran Premio de Abu Dhabi de 2020, cuando Fernando Alonso realizó una exhibición que será recordada durante años.
Lo mismo ocurrió este pasado fin de semana en Paul Ricard, aunque con Franck Montagny a los mandos y un desenlace mucho más doloroso, a pesar de estar celebrando el vigésimo aniversario de dicho campeonato.
El piloto francés, que perteneció a la escudería francesa en su día, rodaba a ritmo alto en un circuito muy propicio para ello. Sin embargo, tras acelerar a fondo por la recta de Mistral tras dejar atrás la chicane que la parte en dos, el motor galo empezó a fallar. Lo siguiente que se vio fue una gran humareda blanca, piezas metálicas saltando por los aires y, finalmente, llamas.

Ni que decir tiene que la división de vehículos históricos de Renault Sport tendrá que esmerarse y mucho en devolver el R25 a su estado original, si es que eso aún es posible.
Lo cierto es que, si bien los monoplazas de exhibición de tiempos pasados se preparan para rodar a un ritmo mucho más bajo que el de antaño, siguen utilizando piezas -motor incluido- que en su momento no estaban pensadas para aguantar una gran cantidad de kilómetros como en la actualidad, donde la prioridad es la reducción de costes.
No es, por tanto, algo tan raro que el motor del Renault R25 se haya roto de semejante manera, aunque no por eso duele menor presenciarlo.
