Newey, preparado para el reto de Alonso: “Me gusta trabajar con pilotos, aunque a veces sea doloroso”

Adrian Newey sabe que es uno de los pocos ingenieros que son capaces de diseñar un coche teniendo en cuenta todos y cada uno de los aspectos. Y eso incluye al piloto, que para el británico es un elemento vital.

Newey, preparado para el reto de Alonso: “Me gusta trabajar con pilotos, aunque a veces sea doloroso”
Fernando Alonso y Adrian Newey charlan en el circuito de Mónaco

7 min. lectura

Publicado: 18/07/2025 14:00

Aston Martin tiene muchas esperanzas depositadas en la temible dupla que formarán Adrian Newey y Fernando Alonso en 2026. El ingeniero británico llegó el pasado mes de marzo al equipo y, desde entonces, se ha centrado casi por completo en el monoplaza del año que viene.

Ambos son un seguro de vida para Aston Martin, ya que han demostrado una y otra vez su valía y que pueden ser un factor diferencial. En el caso de Fernando Alonso, la entrega, el compromiso, el talento y la fiabilidad están garantizados.

Y, en lo que respecta a Adrian Newey, si por algo se caracteriza es por ser capaz de diseñar un monoplaza de principio a fin, ya que atesora un profundo conocimiento de todas las áreas, no solamente la aerodinámica.

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«Me gusta trabajar por mi cuenta, generar ideas, pero también trabajar con los demás, discutir sus ideas, ver cómo las desarrollan»

Entender todo el coche hace único a Newey

En un mundo gobernado por la especialización, Newey es un ingeniero en extinción. Sus colegas son especialistas en un campo determinado, pero carecen de la experiencia y el conocimiento en muchos otros. Algo que no le ocurre al británico de 65 años.

«Desde los 10 años, decidí que quería trabajar en el automovilismo como diseñador, creo que no conocía la palabra "ingeniero" en ese momento», rememora Adrian Newey. «Durante mi adolescencia, leí todos los libros que pude encontrar sobre el rendimiento de los coches de carreras».

«Esto fue a principios de la década de 1970, por lo que no tenían mucho sobre la teoría aerodinámica, ya que era muy nueva en la F1. Creo que en parte por eso elegí estudiar ingeniería aeronáutica en la universidad», amplía el poseedor de 25 títulos mundiales de Fórmula 1.

La trayectoria profesional comenzó hace ya más de cuatro décadas, tal y como recuerda Newey. «Me uní al equipo Fittipaldi de F1 como aerodinamista en 1980, luego pasé a un fabricante de coche de carreras de producción, March, donde trabajé como delineante junior durante la semana y como ingeniero de carrera los fines de semana en F2».

«Así que, dos años después de salir de la universidad, realmente a una edad muy temprana, tuve experiencia en las tres disciplinas principales: aerodinámica, diseño mecánico y dinámica de vehículos», apunta, explicando el porqué de su conocimiento global de los monoplazas.

Un 5 % de inspiración

Cuando hablamos de Adrian Newey, lo primero que nos viene a la cabeza es su virtuosismo con la mesa de dibujo, su talento a la hora de interpretar las formas de un monoplaza ganador.

Sin embargo, Newey afirma que la mayor parte del trabajo consiste en la práctica y el trabajo, mientras que únicamente una pequeña parte del mismo se reside en la inspiración.

«Lo que veo proviene en parte de la práctica, pero quizá también un poco de genética», comienza apuntando al respecto de este asunto. «Vengo de una familia bastante artística, tanto por parte de mi padre como de mi madre».

«Siempre fui curioso y bastante buen artista en la escuela, y siempre he estado dibujando, diseñando y jugando con modelos. Creo que eso es importante: tomar bocetos y convertirlos en una forma 3D, en mi caso haciendo físicamente un modelo», prosigue Newey, que le da una importancia capital a la práctica.

«Es la regla de las 10.000 horas: si haces algo desde una edad temprana, trabajas en ello, desarrollas nuevas vías [en el cerebro] para convertirte en un experto en ello», sostiene el británico. «5 % de inspiración, 95 % de transpiración».

«La F1 es una disciplina de ingeniería con un lado creativo, pero tiene que ser creativo por una razón de ingeniería para hacer que el coche vaya más rápido. Es esa combinación lo que lo hace tan fascinante», resume.

Un coche ganador no tiene por qué ser necesariamente el más rápido, sino el que permite al piloto extraer su máximo potencial.

Una inspiración para los demás

Finalmente, Adrian Newey habla de cómo vive el hecho de haberse convertido en una inspiración para los demás. Algo que desde Aston Martin ya han comenzado a notar.

«Nunca pienso en ello, para ser perfectamente honesto», responde Newey. «Sólo soy yo. Disfruto de mi trabajo y por eso lo sigo haciendo después de todos estos años. Me gusta la variedad. Me gusta trabajar por mi cuenta, tratar de generar ideas, pero también me gusta trabajar con todos los demás, discutir sus ideas, ver cómo desarrollan ideas».

«También me gusta trabajar con los pilotos, y la retroalimentación inmediata que obtienes de ellos, que, por supuesto, puede ser contundente y un poco dolorosa a veces, pero necesitas saber cómo lo estás haciendo. Esto hace que la F1 sea una disciplina de ingeniería muy satisfactoria en la que participar», concluye.

Newey ya ha admitido en varias ocasiones que uno de sus sueños era trabajar con Fernando Alonso, algo en lo que el piloto asturiano también ha incidido en los últimos tiempos. Ahora, ambos tienen un objetivo común y saben que, juntos, pueden lograr llevar a Aston Martin a lo más alto.

Fotos: Aston Martin F1

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