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Ver para creer, ahora al Gobierno de Putin no le gusta las importaciones de componentes de coches desde China

El que parece el primer enfrentamiento comercial directo entre los 'amigos' Rusia y China, Moscú y Pequín, tiene un trasfondo automovilístico. El primer ministro ruso le ha pegado un buen tirón de orejas a uno de sus fabricantes locales.

Ver para creer, ahora al Gobierno de Putin no le gusta las importaciones de componentes de coches desde China
El primer ministro ruso le ha dado un tirón de orejas a uno de sus fabricantes locales a razón de China.

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Publicado: 23/05/2024 11:00

Desde que estalló la guerra en Ucrania, la actualidad automovilística en Rusia ha dejado muchas noticias que comentar. La primera, y de forma repetida, fue la espantada de los principales fabricantes occidentales del país, lo que dejó en bandeja la entrada y expansión de las marcas y coches procedentes de China.

Esto provocó, entre otras cosas, que incluso la marca nacional Avtovaz, que fabrica los LADA, tuviese que cerrar temporalmente al perder el apoyo de Renault. También, el hecho de que Rusia haya tenido que enfrentarse a las sanciones impuestas por Europa y por Estados Unidos y a su veto por causar la invasión en Ucrania.

Como ya os contamos aquí hace unos días, en el primer cuatrimestre del año 2024 se han vendido en Rusia casi medio millón de coches chinos. Eso sí, la polémica saltó por cómo la industria (que no el gobierno) volvió a alzar la voz contra la calidad de los vehículos procedentes del gigante asiático.

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Aparte de la consabida escasez de repuestos en el país, ahora ya sí que sí, ha sido un miembro del gobierno ruso el que ha 'tirado' contra los fabricantes chinos, aunque de una forma diferente.

Algunas marcas chinas han usado ilegalmente plantas inactivas para fabricar coches Citroën.

«Queremos coches rusos»

El primer ministro del país, Mikhail Mushutin, dio un buen tirón de orejas al fabricante nacional de coches Volga, fundada en la era soviética en los pasados años 50. El motivo: la importación de piezas desde China para la producción de sus coches, como por ejemplo los volantes, cuando el ministro considera que podrían recurrir a proveedores nacionales.

«Queremos que todos los componentes del vehículo sean rusos», comentó sin tapujos Mushutin en su visita a la exposición de los nuevos coches de la marca. «¿Dónde está hecho tu volante? ¿Es chino? Ojalá el volante fuera ruso. No es tan difícil».

Y lanzó un mensaje 'amenazador', en línea con lo que el mismísimo Putin dijo el año pasado: «Los funcionarios de este país deberán conducir coches nacionales». En su día, el mandamás ruso dijo a su gobierno que deberían «considerar que se desarrollen y apliquen los requisitos» para obligar a los taxistas a usar coches rusos.

Rusia tiene un plan

A pesar de que las ventas de coches chinos en Rusia ha alcanzado cotas altísimas, parecen haber alcanzado ya su punto máximo y el gobierno ruso piensa ya en recuperar su producción nacional, lo que incluye también la reactivación del proyecto industrial Volga.

«Estamos planteando crear una producción nacional de los componentes más críticos», comentó Alexander Podoplelov, director de la división automovilística en el país. Se espera que, gracias a este plan de producción nacional que arrancará este año con la producción en serie de hasta tres modelos Volga, se alcance un valor de producción de coches de hasta 660 millones de euros.

Fuente: Newsweek

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