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Cómo se mide el consumo en un coche eléctrico y qué factores influyen

Los coches eléctricos han llegado para quedarse, por lo que lo mejor será acostumbrarse a usar nuevas nomenclaturas, datos y mediciones. Una de ellas es el propio consumo del vehículo pero, ¿cómo se mide esto en un modelo “cero emisiones”?

Cómo se mide el consumo en un coche eléctrico y qué factores influyen
Medir los datos relativos al propio consumo del coche eléctrico es bien sencillo.

7 min. lectura

Publicado: 12/10/2023 14:00

Hasta ahora, buena parte de la sociedad -por no decir en su mayoría- está habituada al consumo de combustible en un coche con motor térmico (diésel o gasolina). Este se mide comúnmente como equis litros cada 100 kilómetros o galones por milla (en Estados Unidos). Pero, ¿cómo se mide el consumo en un coche eléctrico? La respuesta es bien sencilla, aunque antes pasamos a analizar qué implica expresar dicho dato en términos reales.

La tecnología del vehículo eléctrico se podría considerar aún bastante nueva. Por ello, muchos usuarios de coches -en general- desconocen algunos de los términos empleados, como la forma de medición de capacidad de batería, tipo de potencia o consumo energético. Sin embargo, todo ello va muy unido y es bastante sencillo de asimilar una vez se tienen todos los datos.

La autonomía eléctrica del coche dependerá de la capacidad de la batería y del consumo energético total.

Hacernos con la terminología

En primer lugar hay que determinar el dato en cuanto a capacidad de la propia batería del coche eléctrico en cuestión. Este dato se mide mediante kilovatios-hora (kWh). Cuanto mayor sea el número que acompañe a este sistema de medición, mayor será la capacidad y, por ende, la propia autonomía que presente el vehículo eléctrico. Por ejemplo: un coche con 100 kWh de capacidad de batería tendrá un rango mucho más extenso que uno con 50 kWh.

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Una vez nos hemos hecho a estos términos, el resto será mucho más fácil. Para saber un consumo de un coche eléctrico, el fabricante y su propia homologación proporcionará el dato de equis kWh/100 kilómetros, pues la medición se realizará en dicha distancia, al igual que ya sucede con los vehículos térmicos.

Si un fabricante dice que el consumo de su coche eléctrico es de 10 kWh/100 kilómetros, para saber la autonomía aproximada que este tendrá se hará una sencilla cuenta. Sabiendo que la batería es de 100 kWh, por ejemplo, entonces el rango del que dispondrá ese vehículo es de 1.000 kilómetros, ya que se dividirá la propia capacidad de la batería por el consumo medio homologado. El resultado se multiplicará por 100 y obtendremos la cifra mágica.

Otros factores a tener en cuenta

Por supuesto, esto es sólo el principio y para poder hacerse con las cuestiones referentes a la cifra de recarga, los puestos cuentan con un medidor de potencia, también en kilovatios (kW). El coste de la recarga, por su parte, irá en función del precio al que esté en ese momento el kWh. Como si fuese un litro de gasolina. En este enlace podrás encontrar el coste medio de un recorrido en casi cualquier coche.

Es decir, cuando un punto de carga es capaz de hacer lo propio a una potencia de 50 kW y la batería de nuestro vehículo eléctrico es de 100 kWh de capacidad, querrá decir que tendremos que esperar dos horas para que el coche esté al 100% de su capacidad.

Lógicamente, esto no es tan fácil, ya que la propia potencia de recarga fluctúa durante el proceso en función de la temperatura exterior, la del propio sistema o el empleo que se esté haciendo en ese momento de la estación en cuestión. Si hay más coches “enchufados” a otros puestos aledaños, la potencia de recarga podría verse afectada. Por ello, tal y como decimos, en este caso no es tan sencillo como hacer una división, sino que influyen una gran cantidad de elementos externos y ajenos al propio coche o sus especificaciones.

En este caso se ve el consumo energético de 17,8 kWh/100 kms y la autonomía restante (182 kms).

Como cabe imaginar, al igual que sucede en vehículos con motor térmico, la cifra en el consumo de un vehículo eléctrico oscilará en función de otros puntos. Factores tan nimios aparentemente como la temperatura exterior pueden ser claves. También lo harán la velocidad a la que se circule, los elementos de confort activos en ese momento o el tipo de conducción llevada a cabo durante el trayecto.

Un ejemplo claro de ello son los vehículos eléctricos que circulan en climas extremos. Demasiado calor o demasiado frío son puntos sustanciales que harán que la autonomía de nuestro coche eléctrico disminuya en un alto porcentaje. Aquí te dejamos unos consejos propios para temperaturas frías.

Por otro lado, siempre será óptimo llevar a cabo una conducción eficiente y siguiendo unos pasos muy sencillos que hace tiempo detallamos en este artículo. En términos generales: no llevar a cabo grandes aceleraciones o frenadas bruscas y aprovechar rutas descendentes en las que poder activar el llamado “modo vela”.

Finalmente, en caso de circular con algo más de apuro en cuanto a porcentaje de la batería, siempre será de ayuda desconectar elementos de confort, como aire acondicionado o la propia música que llevemos conectada. Esto último no será demasiado notorio, pero en grandes rutas puede llegar a darnos unos metros extras que pueden llegar a ser cruciales.

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