Rebelión en Volkswagen, los accionistas quieren a Blume fuera de Porsche… por las buenas o por las malas
Porsche tiene serios problemas. Los resultados obtenidos en 2024 no maquillan uno de los peores años de la marca deportiva en tiempo, y los augurios sobre el futuro no pintan muy bien. Mientras anuncian parte de sus planes, los accionistas piden la cabeza de uno de los jefes, con un Oliver Blume que se agarra cual clavo ardiendo.

Estaba claro que la posición de Oliver Blume ni era la más acertada, ni para una marca como Porsche ni para llevar las riendas de un gigante como el grupo Volkswagen. Desde que Blume está al frente del fabricante de deportivos, las cosas no funcionan correctamente.
En la teoría, Blume abandonó la dirección de Porsche, con un heredero al cargo, del que no se suele hablar nada. Pero, en la práctica, Blume sigue siendo quien mueve los hilos de una marca que ha logrado sacar la cabeza en los resultados de 2024, conformándose como si hubiesen sido los mejores de la historia: de 40.100 millones de euros en ventas, el beneficio después de impuestos ha sido de solo 5.600 millones…

El jefe de VW se resiste a dejar Porsche, donde sigue mandando
Si Ola Källenius ya las está pasando «canutas» al frente de Mercedes, y los accionistas piden su cabeza, en Porsche la situación no es la más dulce. El mandatario se ha enfrentado a una tercera junta general anual y las circunstancias han sido igual de duras.
Blume ha destacado que «Porsche está inmersa en una tormenta feroz. Pero la estamos combatiendo con todas nuestras fuerzas. Estamos invirtiendo decididamente en el futuro», añadiendo que «estamos combatiendo con todas nuestras fuerzas».
Lo que más se ha repetido en esta junta anual, de boca de Blume, es que tienen un plan y que se está actuando en ello, que no se está perdiendo el tiempo. Y claro que no, como que ya se sabe que la marca prescindirá de 3.900 puestos de trabajo hasta 2029 a la vez que necesitará de 1.300 millones de euros para gastos extraordinarios para el ejercicio en 2025.
Pero el que peligra es Oliver Blume. Los accionistas de Volkswagen no quieren que siga formando parte de Porsche, y se le ha pedido que dimita del máximo cargo de esta marca. Ingo Speich, de la empresa de inversiones Deka, le acusa de «estar en un fuego cruzado de intereses y su día sólo tiene 24 horas» mientras que otros le ha espetado que «Para cambiar la situación en Volkswagen es necesario tener las dos manos en el volante, y ese no es el caso ahora mismo».
Un Porsche tiene el poder de que Oliver Blume siga o no
«Volkswagen sólo tiene un jefe a tiempo parcial en Blume» o «Este doble papel debe terminar inmediatamente» han sido otras de las perlas que le han dedicado los accionistas a un hombre que se aferra a dos cargos. El directivo se defiende con uñas y dientes, apuntando que «En estos tiempos difíciles, las ventajas superan con creces las desventajas, y que este es un doble papel que no está destinado a durar eternamente».
Blume podría tener los días contados y ser destituido de Porsche en los próximos meses. Los accionistas son casi los que mandan, y Oliver Blume lo hace pero poco... Blume no es el presidente de Porsche, es director general y por encima a quien tiene es un Porsche en toda regla: a Wolfgang Porsche, el nieto del fundador de la marca alemana y quien suficiente poder para fulminarlo.
