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Tesla se abre al Bitcoin (otra vez), tras una caída del valor del BTC a la mitad

Elon Musk ha declarado que sus compañías Tesla y SpaceX se abren a la utilización de la criptomoneda en el futuro, y que no se han deshecho de sus reservas de BTC. Esto viene después de haber inflado y pinchado la burbuja de su cotización en medio año.

Tesla se abre al Bitcoin (otra vez), tras una caída del valor del BTC a la mitad
Cambios en la cotización del Bitcoin en 2021 - Blockchain.com

5 min. lectura

Publicado: 22/07/2021 22:15

A comienzos del mes de febrero, Tesla informó a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de Estados Unidos que contaba con 1.500 millones de dólares invertidos en la criptomoneda Bitcoin. Formaba parte de una estrategia de diversificación de sus recursos financieros, y como una prueba de campo.

Si nos fijamos en la criptomoneda, históricamente ha sido extremadamente volátil. Solo durante el año pasado su valor llegó a ser seis veces más alto entre el momento de cotización más bajo y más alto. 2020 cerró con el BTC a unos 30.000 dólares, a cantidades parecidas se encuentra ahora, algo más de 32.000 al cerrar esta información.

En el momento en el que se supo que Tesla acabaría aceptando la criptomoneda como medio de pago, la cotización se disparó. En 2021 el BTC ha llegado a valer más de 65.000 dólares, es decir, el doble que cuando empezó el año, ya que hubo un enorme movimiento especulativo.

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La propia Tesla fue beneficiaria de ese movimiento, ya que de los 1.500 millones de dólares en BTC, aproximadamente el 10% se volvió a convertir en dólares, por lo que la empresa ganó dinero en ese movimiento. Era por probar su liquidez, dijeron.

Pero luego llegó un giro dramático de los acontecimientos. El 13 de mayo Elon Musk realizó un anuncio por Twitter que comenzaba así: «Tesla & Bitcoin». Le seguía una imagen conteniendo un texto que básicamente decía que el uso de la criptomoneda produce consumo energético y emisiones de CO2.

Los datos para sostener este argumento no son roca, algunos analistas lo discuten, pero el anuncio de que el Bitcoin no se iba a usar como medio de pago tuvo un impacto en la cotización. Obviamente, empezó a bajar. Cuando Musk dijo eso, el BTC rascaba los 50.000 dólares de cotización. Solo 10 días después se habían volatilizado todas las ganancias del año.

Nuevamente tenemos un giro dramático de los acontecimientos, por no decir «plot twist». Durante la conferencia online «The B Word», Musk dijo que Tesla y SpaceX siguen creyendo en las criptomonedas y que su futura aceptación va ligada a que su minado y mantenimiento tengan un menor impacto ambiental.

Es más, el magnate de origen sudafricano aclaró que, personalmente, posee Bitcoin, Ethereum y Dogecoin. Considerando su enorme fortuna, podemos presuponer que serán cantidades de cierto empaque. Si puede él alterar el mercado con movimientos monetarios ya entra en el terreno de la especulación.

También dijo que no es proclive a esperar a que se alcance una alta cotización para luego vender (vamos, especular), y que prefiere que el Bitcoin tenga éxito. A lo largo de 2021 es lo que ha hecho mucha gente, unos se han forrado (la potencial revalorización ha sido del doble) pero también muchos incautos habrán palmado bastante dinero.

El futuro inmediado de las criptomonedas en general pasan por su aceptación por grandes empresas o que se consideren en la economía formal como un activo más. Al no estar respaldadas por nada, son tremendamente volátiles, sus cotizaciones pueden oscilar mucho en poco tiempo, porque su uso es fuertemente especulativo (una cosa lleva a la otra).

Entre anteayer y ayer el BTC ha pegado un rebote de casi el 10%, tras haber llegado a prácticamente su valor más bajo de todo el año. Puede haber sido un buen momento para hacer grandes compras y esperar inocentemente a que la burbuja vuelva a hincharse de nuevo. Los reguladores tendrán que estar al loro con este asunto.

Resulta francamente difícil que se pongan de acuerdo los mineros del mundo para abrazar las energías renovables. El proceso de minado es una sucesión de cálculos muy complejos y tiene un consumo elevado de recursos de cálculo, por lo tanto, de electricidad. Y no siempre donde se mina el mix energético es precisamente muy ecológico que se diga.

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