Abandonas cientos de Range Rover en un cementerio secretoEl cementerio secreto donde descansan cientos de Range Rover abandonados
En el corazón de Gales existe un enorme cementerio de Land Rover y Range Rover donde cientos de unidades esperan ser desguazadas. Muchos todavía están en buen estado pero los elevados costes de por su alto consumo y las piezas de reparación los han condenado prematuramente.

En pleno corazón de Gales se esconde un lugar tan insólito como fascinante: un enorme deposito donde cientos de Land Rover y Range Rover descansan en fila esperando su destino final. El desguace.
Lo que a simple vista parece un vertedero de coches es en realidad un gigantesco almacén de piezas, pero con una particularidad: muchos de estos vehículos aún parecen estar en buen estado, algunos incluso listos para arrancar.
El recorrido por este espacio es un viaje entre decenas de carrocerías en perfecto estado, interiores impecables y colores llamativos. Desde unidades con llantas pulidas hasta versiones exclusivas como la denominada Westminster, que no eran precisamente baratas.

El lugar transmite sensaciones encontradas. Por un lado, la emoción de ver tantas unidades icónicas, modelos asociados al lujo, reunidas en un mismo espacio. Por otro, la tristeza de comprobar que estos SUV y todoterrenos, ahora han sido condenados a su muerte y abandonados en plena naturaleza rodeados de barro, humedad y frío mientras esperan su triste final.
Al caminar entre filas interminables de coches se hace evidente que la mayoría llegaron por sus propios medios, probablemente aún en condiciones de circular. Sin embargo, el contexto actual los ha condenado: elevados consumos y altos precios de los combustibles, altos costes de mantenimiento y el avance de los coches eléctricos han hecho que estos enormes todoterrenos sean inviables para muchos propietarios.

Algunos muestran transformaciones curiosas, como un Range Rover pintado de blanco brillante intentando imitar a un Cadillac Escalade. Otros conservan su apariencia original, con acabados metalizados que parecen recién salidos del concesionario. Pero todos comparten un mismo destino: ser desguazados para alimentar el mercado de recambios.
El tamaño del cementerio es abrumador. Según quienes lo visitan, solo en una línea de vehículos pueden contarse cerca de 30 unidades, y a lo largo del terreno la cifra se multiplica hasta el punto de parecer infinita. Entre tanto hierro abandonado, resulta inevitable reflexionar sobre la ironía de que estos coches, creados para dominar cualquier entorno, hayan terminado convertidos en parte del paisaje galés, inmóviles y olvidados.
Fuente: Youtube
