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El desarrollo del Dodge SRT Demon se llevó en absoluto secreto

El Dodge Challenger SRT Demon no es solo uno de los más excitantes proyectos desarrollados en los últimos tiempos por Dodge, también es uno de los más secretos. La marca ha revelado recientemente que en el seno de la compañía lo conocían apenas unas pocas personas.

El desarrollo del Dodge SRT Demon se llevó en absoluto secreto

3 min. lectura

Publicado: 05/10/2017 14:00

El nuevo Demon.

En clara contraposición con su dilatada presentación, que buscó generar la máxima expectación posible, el desarrollo del nuevo Dodge Challenger SRT Demon se llevó en el más absoluto de los secretos. Hasta el punto de que solo unas pocas personas conocían la existencia del proyecto y las propias intenciones de la marca de crear esta salvaje versión del Challenger Hellcat.

En una reciente entrevista, responsables de la marca han revelado hasta qué punto llegaron a ocultar el desarrollo del Demon incluso a los propios trabajadores de la marca. Pues se llevó a unos niveles de secretismo más propios de un proyecto militar.

De su propia existencia tan solo tenía constancia unas pocas docenas de personas en Dodge, lo cual ya es decir, y para evitar que más empleados de la compañía descubrieran el proyecto los responsables del mismo emplearon todas las técnicas posibles de ocultación, algunas nunca vistas en la industria.

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Todo un drag-racer de calle.

Para evitar levantar sospechas en lugar de emplear uno de los nombres en clave habituales de la marca (nombres de antiguos aviones), el motor recibió el nombre genérico Benny, de manera que nadie que pudiera ver esa denominación pudiera siquiera imaginarse de qué se trataba.

Una de las estrategias más rebuscadas fue la de recalibrar en secreto los diales del banco de pruebas mientras testaban el motor V8 de 6.2 litros, de manera que todo el que, en algún momento, pudiera tener acceso al banco o a los resultados del mismo pensara que tan solo estaban probando un motor Hellcat.

Motor en el que precisamente se basa el Demon, un V8 sobrealimentado de 6.2 litros que entrega 819 CV (808 hp) en su configuración más básica, pero que puede elevar su rendimiento hasta los 851 CV (840 hp) cuando -siempre que contemos con el pack performance opcional- repostamos gasolina de 100 octanos. Las cifras de prestaciones son apabullantes, realiza el cuarto de milla en solo 9.65 segundos y es capaz de acelerar de 0 a 96 km/h (0-60 mph) en 2.3 segundos.

Fuente: Autoline Network

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