Cambiar el líquido de frenos ¿qué precio tiene y cada cuánto se hace?
El líquido de frenos es una parte crítica del sistema de frenado para la seguridad durante la circulación. ¿Cuál es el precio del cambio? Y lo que quizá sea más importante... ¿cómo se comprueba el nivel, cada cuánto hay que cambiarlo y cómo revisar su estado?
Si abres el capó de tu coche, quizá no entiendas qué hay hay, pero en realidad es fácil identificar las partes del motor. Y sobre todo, es básico que sepas cuáles son los líquidos y sus niveles. Entre otros está el líquido de frenos, que se tiene que cambiar de forma periódica y tiene un precio medio en España que ronda los 60 euros. Ahora bien, la factura puede ascender hasta los 100 euros en función del lugar.
El líquido de frenos es un fluido que tiene como función el permitir que la fuerza que se ejerce desde el pedal de freno sea transmitida hasta los cilindros de las ruedas. Este líquido se debe mantener en buen estado para garantizar nuestra seguridad al volante y se debe cambiar cada dos o tres años, aproximadamente, aunque dependiendo del uso que se le dé al vehículo.
El precio del cambio de líquido de frenos ¿cuánto me va a costar?
Como avanzábamos, el precio del cambio de líquido de frenos depende, y mucho del taller al que acudamos y el lugar en que esté ubicado. ¿Por qué? Esto es algo que se repite con cualquier tipo de intervención mecánica y, aunque la media nacional ronda los 60 euros para el cambio de líquido de frenos, puede llegar en algunas ciudades hasta los 100 euros.
En estos precios no está incluido únicamente el precio del líquido de frenos como tal, sino también la mano de obra. Es decir, que hablamos de tarifas del cambio en sí, como factura final. Si revisáramos únicamente el precio del líquido de frenos, en caso de que sepamos hacer nosotros mismos el cambio, podemos gastarnos desde apenas 10 euros.
¿Cuándo hay que cambiar el líquido de frenos?
La recomendación general, como avanzábamos, es que el cambio de líquido de frenos se haga cada dos o tres años. Pero la periodicidad puede variar, y en gran medida, en función del uso que se le dé al vehículo. Hay que tener en cuenta el punto de ebullición y otras cuestiones como, por ejemplo, que si el pedal de freno recorre más distancia de la habitual para la detención del vehículo, podemos estar ante un signo de desgaste.
En cuanto al punto de ebullición, que se puede medir en un taller, es algo que depende del tipo de líquido que estemos utilizando en el sistema de frenado de nuestro vehículo. Los tipos que existen son los siguientes:
- DOT 3: 205 ºC en seco, 140 ºC en húmedo y viscosidad de 1500 cSt.
- DOT 4: 230 ºC en seco, 155 ºC en húmedo y viscosidad de 1800 cSt.
- DOT 5: 260 ºC.
- DOT 5.1: 270 ºC en seco, 180 ºC en húmedo y viscosidad de 900 cSt.
¿Qué diferencia hay entre los varios tipos de líquido de freno?
Sus características no son iguales, como ya has podido ver. Los de tipo DOT 3 se utilizan en sistemas de freno convencionales. Además de ser el tipo más común es también el más barato; sin embargo, los de tipo DOT 4 ofrecen una mayor durabilidad y unas prestaciones ligeramente superiores, aunque con un precio ligeramente más alto.
En los de tipo DOT 5 las cosas cambian porque se trata de líquidos de frenos con base sintética, frente a la base mineral de los descritos anteriormente. Por este motivo, no se pueden mezclar con liquidos de freno de tipo DOT 3 y DOT 4. Y el último tipo, los DOT 5.1, además de tener unas mejores prestaciones que el resto, se caracterizan por una mayor capacidad de absorción de la humedad.
¿Cómo puedo saber si tengo que cambiar el líquido de frenos? Así se comprueba su estado y su nivel
Para saber el estado del líquido de frenos hay que comprobar la temperatura de ebullición, para lo que se utiliza un sensor de ebullición. En base a las características del líquido que esté utilizando nuestro vehículo, hay valores mínimos y máximos que marcan la referencia para saber si el estado es el correcto, o si corresponde hacer el cambio en el taller.
Para revisar el nivel del líquido de frenos, sin embargo, basta con ir al capó de nuestro vehículo y abrirlo. Tenemos que encontrar el correspondiente depósito y abrirlo con cuidado porque la mayoría de líquidos son muy corrosivos. Bastaría con que, una vez esté abierto, introdujéramos un pequeño trozo de papel blanco absorbente y lo mojásemos ligeramente.
Al mojarlo podremos comprobar el color del líquido de frenos. Si el color es muy oscuro, lo más probable es que tengamos que hacer la sustitución. Si está transparente, sin embargo, lo que deberíamos comprobar es el marcador de nivel, visible en el propio depósito. Si está por encima del nivel de referencia, todo está correcto.