La historia del Lotus Elise descubre secretos hasta ahora desconocidos
La producción del Lotus Elise ha llegado a su fin. Hace pocos días que la firma británica ha puesto fin a un modelo que se ha mantenido en el mercado por un espacio de 25 años, conquistando a los verdaderos amantes de las altas prestaciones. El mismo número de detalles que han permitido elevarlo al trono de la industria.
La historia de Lotus ha entrado en un nuevo capítulo, el segundo desde que la marca británica entrase en el capital de Geely. Entonces, se produjo un verdadero punto de inflexión avanzando una era completamente nueva y acabando con una de las más doradas de su historia. Los Lotus Evora, Exige y Elise ya han dejado las líneas de montaje de la fábrica de Hethel tan solo unos días se consumirse 2021, ya posando en el museo de la marca como verdaderas estrellas.
De los tres, en producción durante los últimos 25 años, el Elise ha sido toda una referencia que ha conquistado a miles de clientes amantes de las verdaderas prestaciones más elevadas. Un biplaza que ha sabido ganarse un hueco en la industria, y en la historia, y que guarda tantos secretos como los años que se ha mantenido al frente de la marca. Un puñado de detalles tan interesantes como desconocidos, que te descubrimos a continuación.
El Lotus Elise ha vivido una historia irrepetible
Para Lotus, el Elise ha sido toda una referencia. Los responsables de la firma eligieron un nombre comercial que esconde un secreto sobre su concepción minimalista, «simple pero sofisticada», poniendo al conductor en el centro para recibir sensaciones positivas de una conducción tensa y precisa. Lotus enseñó al mundo que el Elise ofrecía una nueva experiencia a bordo, y cuya dinámica se convirtió en una referencia para los competidores, que desconocían hasta entonces cuál era la prioridad en los deportivos.
Entre otros, Lotus ha venido mejorando continuamente un chasis de aluminio extruido, diseñado por Richard Rackham, que se ha convertido en una referencia en el mercado, alabando sus características, su «asombrosa capacidad para cambiar de velocidad y dirección» -decía la prensa británica-. De hecho, fue digno de un profundo estudio en el desarrollo del nuevo Alpine A110 y el Morgan Aero 8. Hasta Ford también tuvo ocasión de estudiar el Elise para sus modelos de alto rendimiento.
El Elise sentó las bases de un deportivo de altos vuelos pero a un precio más asequible. Su cartel arrancaba desde £ 18,995, unos 22.575 Euros al cambio actual. Su éxito fue tan abrumador que la firma británica se vio obligada a incluir airbags, control de tracción y control de estabilidad para poder venderlo en Estados Unidos a partir de 2004. A pesar de que la gama de Lotus ofrece deportivos de alto nivel, el Elise abanderó las «Lotus Driving Academy» en Francia, Italia, Malasia, Estados Unidos y en la base central de Hethel, en Reino Unido.
El Lotus Elise se ha probado con biocombustibles y electricidad
Si el Lotus Elise había conquistado a medio mundo, incluso con las versiones especiales de los 340R y 2-Eleven, los estilistas de Lotus Design pensaron directamente en una variante coupé, por lo que presentaron un boceto a los responsables de la marca. Este modelo fue descartado en parte, pero de ese primer dibujo nació el Lotus Exige. Incluso, el chasis del Elise se encuentra bajo la carrocería del Lotus Evora coin algunas modificaciones lógicas.
La marca británica sabe que nunca volverá a tener un modelo como el Elise, que no solo cautivó a clientes de todo el mundo, sino también a los fabricantes. De hecho, se produjo el fenómeno conocido como «The Elise Effect», sirviendo de base el británico para otros modelos especiales que sucumbieron antes de tiempo: el Opel Speedster, su variante de Vauxhall y hasta el Tesla Roadster, además de respetables como el Hennessy Venom GT.
El Elise también ha sido un laboratorio tecnológico rodante. El deportivo comprendió una variante especial denominada «Eco Elise» que vio la luz en 2008 y que demostró la validez de los materiales más sostenibles utilizados para los paneles de la carrocería y las molduras interiores. Incluso el «Tri Fuel» también demostró que su potente motor podía funcionar con gasolina, bioetanol y metanol, coqueteando también con la electricidad a mediados de los años 90, cuando se presentó el Zytec Elise en el Salón de Frankfurt 1997.