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Ciudad inteligente o Smart City: qué es y cómo funciona

Una ciudad inteligente es aquella que se sirve de la tecnología y de la recopilación de datos que esta genera para mejorar su eficiencia, sostenibilidad y, en el caso de los coches, su movilidad y seguridad vial.

Ciudad inteligente o Smart City: qué es y cómo funciona
El tráfico es un punto esencial en el buen funcionamiento de una ciudad inteligente. - Freepik.es

6 min. lectura

Publicado: 11/08/2021 14:09

Actualizado: 18/10/2021 09:16

Las Ciudades Inteligentes o Smart Cities abarcan un amplio catálogo de posibilidades y ámbitos sobre los que actuar. Dada su aspiración de convertirse en ejemplo de ciudades ultraeficientes, basan su razón de ser en la sostenibilidad y para ello analizan ámbitos tan diversos como la educación, la sociedad, las infraestructuras, las tecnologías de la comunicación o la gestión de los residuos.

También la movilidad y su aspecto medioambiental, por lo que el coche y las vías sobre las que este circula se convierten en uno de los aspectos clave a la hora de crear una ciudad inteligente.

El transporte en una ciudad inteligente

No cabe duda de que uno de los principales focos de actividad de las ciudades es la movilidad, tanto privada como pública. En ese sentido, existen muchos y valiosos datos que analizar y con los que elaborar planes de acción para mejorar la eficiencia de los transportes, tanto a nivel de productividad como de reducción de congestión del tráfico o emisiones contaminantes.

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El coche es una gran fuente de información para la mejora de las ciudades. - Freepik.es

En ese y otros sentidos, muchas ciudades del mundo ya utilizan aplicaciones de mapeo de las líneas de transporte, marquesinas de autobuses inteligentes que proporcionan información al usuario, alumbrado que monitoriza el tráfico o alcantarillas y cubos de basura dotados de sensores. Todo ello con el objetivo de reducir la congestión y avanzar en busca de la neutralidad de emisiones de carbono en un futuro.

El coche como fuente de información

En la actualidad, muchos sistemas en la nube utilizan los datos generados por los móviles, los GPS de los vehículos y muchos otros dispositivos para dotar de una mayor eficiencia a las ciudades.

Datos que permiten mejorar el tráfico y maximizar el mantenimiento de las vías públicas y que, en combinación con otros programas como el de los sensores en los neumáticos Goodyear, ofrecen cada vez más posibilidades de mejora, como por ejemplo que el conductor pueda anticipar en qué estado y condiciones meteorológicas se encontrará el asfalto por el que vaya a circular a continuación.

Estacionamiento inteligente y seguridad vial

El concepto de ciudad inteligente tiene mucho potencial de crecimiento y grandes marcas como Sony ya están apostando por la investigación en este campo.

Así, surgen proyectos como el de los sistemas de aparcamiento inteligente mediante App, que dirige al conductor a la plaza de aparcamiento gratuita más cercana a su destino y en tiempo real.

O el de las marquesinas inteligentes que indican el tiempo que falta para que llegue cada autobús o que contabiliza el número de personas que suben y bajan en cada parada, pudiendo así identificar las líneas más masificadas.

Otros, como el de alerta en pasos de peatones para avisar a los conductores de que hay gente cruzando mediante iluminación de baja latencia, están también en desarrollo con el objetivo de reducir drásticamente los atropellos.

Los sistemas ADAS y el vehículo autónomo

Como ya hemos visto con otros ejemplos, las ciudades inteligentes también apuestan por la seguridad vial y las marcas no se quedan atrás, promoviendo el uso y desarrollo de los sistemas ADAS, sobre los cuáles puedes conocer todos los detalles en el artículo que hemos elaborado al respecto.

Estos sistemas también se sirven de la información recopilada por distintos sistemas y sensores para predecir el estado de las carreteras y situaciones de peligro potencial, así como para minimizar las consecuencias de accidentes.

Suponen también un avance hacia la conducción autónoma, que poco a poco va evolucionando para, en un futuro, ser una realidad factible, segura y provechosa.

No cabe duda de que todos estos aspectos necesitan aún de mucho desarrollo para mostrar su pleno potencial, pero los avances realizados en los últimos años garantizan un futuro más tecnológico, eficiente y sostenible.

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