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El paragolpes es un componente esencial en la seguridad de los vehículos, diseñado para absorber impactos y minimizar daños en colisiones. Exploraremos sus materiales, diseño y cómo contribuye a la protección de los ocupantes y la estructura del vehículo.
Los paragolpes, también conocidos como parachoques, son una pieza fundamental en los vehículos y pueden estar compuestos de distintos materiales. Los paragolpes de acero son los más resistentes, mientras que los de plástico son menos resistentes ya que se rompen tras cualquier impacto. Sin embargo, están diseñados específicamente para deformarse y absorber la fuerza del impacto.
La función principal del paragolpes es absorber o minimizar los daños de un golpe producidos tras una ligera colisión con otro coche, un bordillo, un peatón o cualquier otro elemento de la carretera. De esta manera proporciona tanto al conductor como al resto de pasajeros una mayor seguridad.
Depende del material con el que estén fabricados, los paragolpes serán más o menos resistentes. Conviene que los paragolpes de nuestro vehículo estén fabricados con materiales más resistentes para poder minimizar al máximo posibles daños que se puedan producir tras un ligero golpe.
El paragolpes o parachoques ayuda a que los componentes del vehículo tanto en la parte delantera (capó), como en la parte trasera (maletero), entre otros como la suspensión o el motor, sufran lo menos posible y se reduzca la posibilidad de causar averías en el resto de los componentes del coche.
Tras una leve o ligera colisión, los paragolpes tienen como función minimizar dicho impacto, por lo que son importantes para proporcionar una mayor seguridad y evitar daños en otros componentes del vehículo.
Están diseñados para experimentar una deformación que está enfocada, precisamente, a absorber la fuerza del impacto. De este modo se reduce la fuerza que llega a los ocupantes del interior del vehículo y, en la medida de lo posible, también a componentes críticos del propio vehículo.
Es muy sencillo averiguar si el paragolpes está dañado, ya que se puede observar a simple vista un ligero o gran desplazamiento de éste. Circular con el paragolpes o parachoques mal colocado puede causar accidentes ya que a mitad de la conducción puede terminar de soltarse. Además, no se puede circular sin paragolpes, esto conlleva una multa o sanción de 200€.
Si sospecha que el paragolpes pueda estar descolgado, visite a su taller más cercano, ya que es peligroso y puede entorpecer la seguridad del conductor y resto de vehículos.
En cuanto a rasguños o arañazos, también se pueden observar fácilmente. Es muy habitual tener arañazos en el paragolpes ya que pueden hacerse mientras conducimos por restos de asfalto o piedras que pueda haber en la carretera.
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