Freno de servicio: así se comprueba su estado en la ITV
Nuestro vehículo consta de tres tipos de sistemas de freno: el de mano o estacionamiento, el de emergencia y el de servicio. Este último es el más importante por ser el más utilizado y eficaz a la hora de circular con seguridad.
El sistema de frenado es el elemento de seguridad activa más importante de un vehículo y, por tanto, debemos asegurarnos de que se encuentra en todo momento en condiciones óptimas para su uso.
No es de extrañar, por tanto, que durante la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) periódica que todo automóvil debe pasar se preste especial atención a este sistema en sus dos variantes principales.
Antes de nada, debemos saber que existen tres tipos diferentes de frenos en nuestro vehículo:
- Freno de mano o estacionamiento
- Freno de emergencia
- Freno de servicio
Todos conocemos el primero, que utilizamos para detener o estacionar nuestro vehículo y que este no se mueva de su lugar. Cada vez es menos habitual la tradicional palanca del freno de mano, que en los últimos años está siendo sustituida por dispositivos eléctricos tales como botones o palancas.
El freno de emergencia entra en funcionamiento sólo cuando el freno de servicio falla, accionando los frenos en una rueda de cada eje para reducir la velocidad.
Finalmente, el freno de servicio es el que más utilizamos: el que accionamos con el pedal de freno. Dicho pedal se encuentra en la parte central del puesto de conducción y, al pisarlo, modulamos la intensidad con la que los frenos reducen la velocidad del vehículo.
Los sistemas modernos permiten una modularidad y suavidad sobresalientes, lo que redunda en un mayor confort de marcha, durabilidad de los componentes y seguridad activa. La combinación de diferentes tipos de frenos, pastillas y discos posibilita también diferentes cualidades en los mismos.
En función de cómo utilicemos los frenos, así como de los trayectos habituales por los que circulemos, la durabilidad de estos aumentará o se reducirá. Por ejemplo, una conducción agresiva o intensa puede provocar los fenómenos conocidos como «vapor lock» y «fading», mientras que rutas urbanas provocarán siempre un desgaste más acusado y prematuro de los frenos.
Así se revisan los frenos en la ITV
Para realizar la comprobación del sistema de frenos de nuestro vehículo, los operarios de la ITV utilizan una máquina conocida como frenómetro. Este mecanismo se sirve de dos o cuatro placas y rodillos colocadas en el suelo sobre las que se colocan las ruedas del vehículo.
Estos rodillos hacen girar las ruedas y, cuando el operario pisa el pedal del freno o acciona el freno de estacionamiento, el frenómetro realiza las siguientes mediciones:
- Fuerza de frenado.
- Tiempo de frenado.
- Agarre del neumático a la superficie.
- Simetría en los ejes del vehículo.
De ese modo, es posible determinar la eficacia del conjunto y si es necesario realizar alguna reparación o sustitución de los elementos que conforman el sistema de frenado. Problemas en los frenos pueden provocar una falta grave y, por tanto, una ITV desfavorable. En ese caso, deberemos llevar el coche al taller para solventar el problema y repetir la inspección.
Síntomas de desgaste en los frenos
En ocasiones resulta complicado determinar cuándo se produce un deterioro de los frenos porque el tacto de estos suele ser progresivo y nos acostumbramos a ello de manera imperceptible.
En cualquier caso, existen cuatro maneras de determinar que es momento de realizar una revisión y/o un cambio:
- Pedal de freno esponjoso: esto puede determinar que el líquido de frenos está muy deteriorado o que existe una fuga en el circuito, así como aire o un defecto en la bomba de freno.
- Ruidos y vibraciones: esto es lo más fácil de identificar y puede indicar que los discos o las pastillas se han deformado o desgastado en exceso. También puede deberse a suciedad en uno de estos dos elementos.
- Aumento de la distancia de frenado: cuando los diferentes elementos que conforman el sistema de frenado se deterioran, su eficacia disminuye y eso incide directamente en la distancia que nuestro vehículo necesita para detener el vehículo.
- Pedal de freno muy duro: sin la ayuda del servofreno, el proceso de detener un automóvil sería mucho más costoso. Este elemento permite multiplicar la fuerza que aplicamos sobre el pedal y, si se avería, notaremos que cuesta mucho más hundir el pedal y detener el vehículo. Un buen modo de notar la diferencia es pisar el pedal de freno del coche con el motor apagado.
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