Microchip y semiconductor: qué son y por qué han provocado una crisis mundial
Este pequeño elemento electrónico está poniendo en jaque la industria automotriz, propiciando el alza de los precios y los plazos de entrega. Incluso, algunas marcas están simplificando sus modelos para combatir la escasez de microchips.
El microchip está en boca de todos desde hace meses, pues ha generado una crisis de abastecimiento a nivel mundial, lo que está afectando a múltiples sectores tecnológicos e industriales.
Uno de ellos es el de la automoción, pues la electrónica se ha convertido en la base de la evolución de los productos de los fabricantes de vehículos. Esto ha provocado numerosos inconvenientes: desabastecimiento, retraso en los plazos de entrega, parada de producción, encarecimiento e incluso simplificación de los productos.
Qué es un microchip
Un microchip es un circuito integrado o estructura de pequeñas dimensiones formada por un material semiconductor, generalmente silicio. A esto se debe que los microchips en ocasiones se llamen semiconductores.
El confinamiento hizo que millones de personas se lanzaran a comprar aparatos informáticos y electrónicos
Sobre este material se fabrican circuitos electrónicos mediante la técnica de la fotolitografía, es decir, la transferencia de un patrón desde una fotomáscara a la superficie de una oblea de silicio en forma cristalina.
Posteriormente, esta oblea es recubierta con un encapsulado plástico o cerámico provisto de conductores metálicos que tienen como función posibilitar la conexión entre el circuito integrado y la placa de circuito impreso.
¿Por qué ha surgido la crisis de los microchips?
Como ya hemos avanzado, los microchips son imprescindibles en todo equipo electrónico actual y eso, en la práctica, supone hacer referencia a casi todo lo que nos rodea en nuestra vida diaria.
Informática, automoción, comercio, juguetes, transporte público, alimentación… La lista es interminable y la escasez de microchips genera un efecto dominó en todos ellos. Pero, ¿por qué se ha producido esta escasez?
El origen lo encontramos en el COVID-19 y la pandemia generada por este virus. A consecuencia de su propagación mundial, se generó una situación de confinamiento y parada industrial a todos los niveles.
Esto provocó dos cosas. Por un lado, el confinamiento hizo que millones de personas se lanzaran a comprar aparatos informáticos y electrónicos para teletrabajar y hacer más cómoda su vida en casa.
Por otro lado, los parones de extracción de materias primas y producción de componentes hicieron que se produjera una escasez de stock y suministro, por lo que mientras las empresas tecnológicas pasaban a tener prioridad a consecuencia de la alta demanda, las de automoción pasaban a un segundo plano.
Pero, a medida que las restricciones comenzaron a relajarse o desaparecer, la producción y demanda de vehículos ha ido recuperando su ritmo. No así la producción de microchips, comprometida en su mayor parte con la industria tecnológica y de entretenimiento digital. No sólo eso, también se han producido altibajos a consecuencia de la recaída de la pandemia en mercados estratégicos asiáticos.
A su vez, esto ha generado una notable subida de precios, algo en lo que también tiene que ver el incremento del precio del transporte desde Asia. En definitiva, una serie de circunstancias han acabado provocando que actualmente no exista producción suficiente de microchips para abastecer al mercado electrónico global. Un mercado en el que en estos momentos la automoción no es prioritaria para los suministradores.
Cierto es que algunas marcas están sufriendo en menor medida la crisis de los microchips al contar previamente con mayores existencias almacenadas, pero por lo general el aumento de los precios y el retraso en los plazos de entrega ha acabado por provocar una revitalización considerable del mercado de coches de segunda mano, en el que los precios se han elevado igualmente.
Es más, en algunos casos, determinados modelos están más caros como seminuevos que como coches nuevos, ya que el comprador puede disponer de ellos de inmediato en lugar de tener que esperar varios meses para recibir su vehículo nuevo o, incluso, arriesgarse a no recibirlo.