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GP BrasilEl análisis: las claves del GP de Brasil

  • Gran espectáculo el que pudimos presenciar el domingo con el Gran Premio de Brasil disputado en Interlagos.
  • La lluvia no le impidió a Lewis Hamilton conseguir su tercera victoria consecutiva, pero revolucionó la carrera detras del británico de Mercedes.
  • Max Verstappen dio un recital de pilotaje con otros pilotos como Sergio Pérez o Carlos Sainz brillando también entre los grandes.

10 min. lectura

Publicado: 14/11/2016 19:30

El Gran Premio de Brasil nos dio una de las mejores carreras de la temporada en la que se dieron numorosos momentos de gran espectáculo. Seguramente sólo Lewis Hamilton disfrutó de una plácida carrera en la que dominó en todo momento sobre un Nico Rosberg muy conservador que sólo aspiró a mantener raya a los Red Bull que, además, se autoeliminaron con una estrategia errónea.

Muchos fueron los pilotos que destacaron en una carrera marcada por la lluvia y por los parones decretados por dirección de carrera, que determinó que, en muchas ocasiones, no era seguro competir. A pesar de todo, cuando la carrera estuvo en activo, el espectáculo fue fantástico y los pilotos dieron claras muestras de su calidad.

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Las estrellas

Lewis Hamilton

Se ha hablado muy poco de Lewis Hamilton en este Gran Premio pero lo cierto es que volvió a haver lo mismo que en Estados Unidos y México: dominar por completo el fin de semana. Pero haberlo hecho en Interlagos tiene aún más mérito porque resulta realmente complicado ganar de punta a punta sin ningún tipo de oposición ni susto en una pista mojada y con tantas interrupciones y coches de seguridad.

Decir que Lewis Hamilton no ha tenido un buen año no es faltar a la verdad. No lo ha sido, teniendo en cuenta que hablamos de Hamilton. Porque tres malos fines de semana en una temporada es mucho para un piloto de su talla. Los de Bakú y Singapur no tuvieron demasiada repercusión, pero el de Suzuka combinado con la rotura de motor de Malasia le va a impedir ser cuatro veces Campeón del Mundo.

Max Verstappen

La imagen dice mucho de la carrera de Max Verstappen, que dio un recital de los que se recuerdan pocos en la historia de la Fórmula 1. El piloto neerlandés nos deleitó con decenas de adelantamientos, trazadas alternativas y precisión de pilotaje desde la primera vuelta. Y, cuando la estrategia de colocar neumáticos intermedios se reveló equivocada, deshizo el entuerto ganando once posiciones en poco más de diez vueltas. Maestro, crack, genio, bestia... cualquier calificativo de ese tipo vale en esta ocasión.

Force India

La consistencia y regularidad de este equipo es sorprendente teniendo en cuenta sus limitaciones presupuestarias. Ya no es extraño, pero no por ello hay que dejar de resaltar lo que Force India está consiguiendo en la Fórmula 1. El domingo, en un día muy complicado, volvieron a colocar a sus dos coches en los puntos a pesar de todo. El pinchazo de Nico Hülkenberg no le impidió remontar hasta los puntos tras rondar el top 5 y Sergio Pérez rozó un podio que sólo el huracán Verstappen le impidió disfrutar. La cuarta plaza del campeonato está en el bolsillo y, sin ninguna duda, es sobradamente merecido.

Carlos Sainz

El piloto español sigue madurando y respondiendo en los días complicados. En Interlagos volvimos a verlo una vez más en una carrera en la que no cometió ni un solo error y le dio al equipo el mejor resultado posible. Su progresión en la Fórmula 1 sin duda justifica el prestigio que está consiguiendo y, de seguir así, es más que evidente que en 2018 estará en un equipo de fábrica. Cada día más piloto. Y eso, en esta parrilla, es mucho decir.

Felipe Nasr

La mala temporada de Sauber y Felipe Nasr en particular puede quedar perfectamente olvidada por lo ocurrido en Interlagos. Porque, cuando estás en un equipo pequeño, lo más importante de todo es aprovechar la oportunidad del año. Y Felipe lo hizo, permitiendo a Sauber adelantar a Manor en la clasificación general, algo que se traduce en mucho dinero para las arcas suizas en concepto de derechos comerciales. ¿Se ganó también su renovación para 2017? No sería de extrañar, ni mucho menos.

Los estrellados

Nico Rosberg

Resulta, quizá, algo contradictorio decir que Nico Rosberg fue uno de los perdedores de Interlagos porque, al fin y al cabo, casi ha certificado su primer título mundial. Con el segundo puesto en Brasil, a Nico le vale con subir al podio para ser campeón, algo que es a todas luces factible en una carrera como la de Abu Dhabi y con un Mercedes entre manos.

Pero el sabor de boca que está dejando Nico es algo agridulce, porque si bien está administrando la ventaja a la perfección, también se está viendo completamente superado por Lewis Hamilton y, lo que es peor, seriamente presionado por los Red Bull. En Interlagos sólo la estrategia errónea de Red Bull le salvó de meterse en un lío muy serio de cara a Abu Dhabi y eso es algo que alguien que pretender ser recordado como un digno campeón, no se puede permitir. Salió indemne de Interlagos sí, pero también moralmente tocado.

Daniel Ricciardo

No fue mala la carrera de Daniel Ricciardo, pero si la comparas con la de Max Verstappen, las cosas cambian. El australiano realizó una buena carrera en la que supo recuperarse parcialmente del error estratégico para llegar hasta los puntos. En nuestro mundo, el de los mortales, habría estado bastante bien. En el que se inventó Max Verstappen el domingo en Brasil, fue una paliza de escándalo por parte de su compañero de equipo. Cierto es, no obstante, que los problemas de empañamiento que sufrió con su visera seguro que fueron un gran problema en una carrera como la de Interlagos.

Ferrari

Nueva carrera desaprovechada, y van... Kimi Räikkönen quedó fuera de carrera tras sufrir un accidente en la recta de meta y Sebastian Vettel tuvo que remontar después de un trompo. El alemán demostró que tenía ritmo para acabar arriba y disputar el podio, pero nuevos errores condenaron al equipo italiano al anonimato en carrera -al menos por aspectos positivos-. Que se termine el año ya.

Dirección de carrera

Es muy complicado dirimir cuándo es peligroso competir en un circuito encharcado, pero esté justificado o no por las actuales reglas de parque cerrado -que impiden a los ingenieros modificar los monoplazas para adaptarlos a la lluvia-, por los neumáticos de lluvia -que los pilotos critican porque opinan que no funcionan bien- o por cualquier otra razón más comercial, lo cierto es que no es de recibo que cada vez que llueva tengamos tantas interrupciones y vueltas detrás del coche de seguridad.

Si es exceso de conservadurismo por parte de dirección de carrera, que la FIA lo solucione. Si es un tema técnico relacionado con los monoplazas o los neumáticos, que la FIA lo solucione. Y si tiene que ver con la recomendación de la FOM de que se minimicen en la medida de lo posible los abandonos por razones comerciales, que la FIA lo solucione. Sea lo que sea, ya está bien. La FIA no puede poner en peligro espectáculos como el de ayer por cuestiones que a todas luces tienen solución por una sencilla razón: son los momentos épicos, los que hacen que se escriba la historia, los que a largo plazo mantienen en pie a la Fórmula 1.

El destello

Max Verstappen nos proporcionó, no uno, sino innumerables destellos de calidad. Sus trazadas alternativas buscando zonas con mayor agarre donde nadie imaginaba siquiera que pudiera haberlo fueron la clave de sus impresionantes adelantamientos, por otra parte impecablemente ejecutados. Incluso el error cometido en la subida a la recta de meta terminó siendo un monumento al control del monoplaza. La verdad es que no merece demasiado la pena emplear el tiempo en leer este párrafo: lo mejor es disfrutar de sus maniobras.

Fotos: Mercedes | Force India | Red Bull | Sauber | Pirelli

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