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Los avances tecnológicos en el automóvil se han trasladado también a los asientos. Estos, meros simples espacios en los que sentarse para conducir, aúnan ahora comodidad, confort y seguridad. Te contamos todo sobre los asientos eléctricos y qué futuro les espera.
Los coches nuevos y de última generación han dado paso enorme en cuanto a tecnología a bordo. Estos avances no solo se quedan en los asistentes a la conducción, en sistemas de seguridad o de conectividad.
El confort a bordo juega un papel importante para mejorar la seguridad, y aquí los asientos desempeñan un rol vital, ya que es el lugar donde el conductor viaja y realiza la conducción. Si este no va cómodo, la experiencia de conducción se puede ver afectada y puede comprometer su seguridad.
¿Qué debe tener un buen asiento? Unos buenos acolchados y rellenos, así como un buen apoyo lumbar son fundamentales. Generalmente ha habido ajustes manuales para modificar alguno de los parámetros, dejándolo en los últimos tiempos a los ajustes eléctricos.
La comodidad y ergonomía en los asientos cumple ciertas misiones fundamentales: ayudar al conductor en la tarea de conducir y en su seguridad, sujetándolo lateralmente en las curvas y al frenar, recogerá adecuadamente la cabeza para evitar posibles lesiones cervicales y evitará el efecto submarino (que el cuerpo se deslice por debajo del cinturón) en deceleraciones.
Por definición, los asientos eléctricos son aquellos que incorporan motores que permiten variar su posición, altura, inclinación… según las preferencias del ocupante. Por preferencia, las funciones eléctricas en los asientos se suelen ubicar, en primer lugar, en la plaza del conductor.
El asiento del copiloto suele también recibir esta tecnología si así lo hace el del conductor, aunque esto no tiene por qué ser necesariamente así. En última instancia, los asientos de las plazas traseras pueden tener alguna función eléctrica, pero esto sí que es menos habitual.
Por otro lado, los asientos eléctricos son más comunes de ver como elementos de serie en los modelos de los fabricantes Premium o de lujo. Sin embargo, los vehículos generalistas o de segmentos inferiores de prácticamente todas las marcas incluyen asientos eléctricos de algún tipo en las versiones más equipadas o como opciones.
Los asientos eléctricos son el penúltimo paso en la evolución de esta tecnología en los vehículos. Estas funciones eléctricas en los asientos se pueden activar mediante el uso de botones, aunque también podemos encontrar su activación y ajustes en las pantallas táctiles de algunos modelos.
Generalmente, los asientos eléctricos van a permitir variar los ajustes de los asientos a gusto del ocupante: la posición de la banqueta, la altura, el apoyo lumbar o la inclinación del respaldo. Además, suelen contar con una función de memoria que permite registrar 2-3 configuraciones diferentes.
Por ejemplo, si el mismo vehículo lo conducen habitualmente dos personas, basta con registrar las preferencias de cada uno en cada uno de los programas disponibles. Así no será necesario ajustar manualmente el asiento cada vez que se suban al coche.
Además, muchos de estos asientos, por defecto, se deslizan hacia atrás en el momento que se abre la puerta del vehículo: de esta forma, el conductor, por ejemplo, tiene más espacio al entrar o salir. Una vez que se ha sentado, el asiento lo acerca a su posición original para disponerse a conducir.
Algunos asientos eléctricos de ciertos modelos de última generación tienen hasta 16 ajustes eléctricos diferentes. Incluso algunos son capaces de identificar al conductor mediante su llave personalizada cuando entran al vehículo.
Ya es muy habitual ver funcionalidades extras en los asientos eléctricos de los coches. La más común, después de las descritas anteriormente, es la función calefactable: un circuito eléctrico con una resistencia recorre el respaldo y la banqueta por debajo del tapizado, de forma que se calienta. Una función muy útil y valorada, sobre todo, en invierno y en zonas de clima frío.
Por el otro lado, y aunque es menos habitual, encontramos la función de ventilación y/o aire acondicionado, que justamente hace todo lo contrario: en momentos de mucho calor, el conductor notará el asiento más fresco, gracias a unos ventiladores y pequeñas perforaciones dispuestas por el asiento.
Una tercera función en los asientos eléctricos es la de masaje: una serie de elementos eléctricos, como ruedas o rodillos, generan un movimiento e incluso vibración. En este tipo de tecnología, existen diferentes programas e intensidades que el ocupante podrá escoger.
Por último, la tecnología que apunta al futuro de los asientos, tiene que ver con el concepto de asientos dinámicos o inteligentes. Básicamente, las funciones eléctricas adaptan en tiempo real los grados de sujeción del asiento.
En función de las fuerzas G registradas por el vehículo, mediante el acelerómetro, el giróscopo, el ángulo de giro del volante… la tecnología va ajustando los resaltos laterales del asiento de forma independiente para sujetar mejor el cuerpo del conductor.
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