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GP EspañaEl análisis: las claves del GP de España

Extraordinaria carrera la que pudimos presenciar en el trazado catalán de Montmeló, en el que los dos Mercedes quedaron eliminados de la lucha por la victoria a las primeras de cambio. Eso abrió el abanico para que los pilotos de Ferrari y Red Bull sacaran lo mejor de sí mismos y optaran por distintas estrategias para conseguir el triunfo.

18 min. lectura

Publicado: 16/05/2016 12:30

Cuando Nico Rosberg y Lewis Hamilton colisionaron en la curva 4 de la primera vuelta de carrera, nadie lo podía creer. Pero lo cierto es que dicho desenlace nos proporcionó una lucha a cuatro por la victoria que hacía mucho tiempo que no teníamos el placer de presenciar.

Desde ese momento, los pilotos de Ferrari y Red Bull se convirtieron en candidatos al triunfo y, como consecuencia de la gran igualdad que había entre ellos, sus respectivos ingenieros decidieron dividir estrategias. Ricciardo y Vettel por un lado con tres paradas y Verstappen y Räikkönen por otro, con dos. Finalmente la segunda opción fue la ganadora y el holandés consiguió imponerse al finlandés, convirtiéndose en el piloto más joven de la historia en ganar una carrera de Fórmula 1.

En el bando español, cara y cruz, pues Carlos Sainz redondeó un fin de semana casi perfecto, pero Fernando Alonso abandonó por problemas mecánicos cuando rodaba en la zona baja de puntos.

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Las estrellas

Max Verstappen

A la mayor parte de la prensa y afición le pareció una locura ascender al jovencísimo piloto holandés a Red Bull en lugar de Daniil Kvyat, pero como suele ser habitual en Max desde que debutara en Fórmula 1 el año pasado, se ha encargado de mostrar una madurez espectacular.

Afrontó el fin de semana con realismo, marcándose como objetivo adaptarse a la nueva situación y progresando poco a poco. Pero si existe una característica principal cuando hablamos de pilotos especiales, esa es la capacidad de adaptación. Todos los grandes la tienen. Cumplió en la clasificación -aunque lejos de su compañero en Q3- y en carrera, enseguida demostró que tenía ritmo de sobra para seguir la estela de Ricciardo.

Cuando se partieron estrategias para intentar batir a Ferrari, Max tenía como misión aguantar más de 30 vueltas con un juego de neumáticos medios, con Kimi acechando a su estela. Y no falló. Kimi fue incapaz de realizar un solo intento serio de adelantamiento y el holandés supo conservar los neumáticos de modo que ni Vettel ni Ricciardo pudiesen acercarse lo suficiente. Obra maestra. Piloto maestro.

Valtteri Bottas

Que el finlandés no consiga encontrar la suficiente consistencia es una pena, porque el día que está acertado, se convierte en la clara referencia de un equipo con tanta necesidad de estabilidad en los resultados como Williams.

Ese fue el caso en Montmeló, un circuito en el que el equipo era consciente de que la alta demanda de eficiencia aerodinámica iba a lastrarles. El quinto puesto -que habría sido séptimo en condiciones normales- certifica que Williams es el cuarto equipo de la parrilla y, de paso, deja claro que el finlandés consiguió el mejor resultado posible en España. A diferencia de su compañero, no falló el sabado y remató con sobriedad el domingo. Fin de semana intachable.

Carlos Sainz

Si hablamos de un fin de semana cercano a la perfección en el caso de Bottas, lo mismo se puede decir de Carlos Sainz. El español dominó a un dubitativo Daniil Kvyat -aún en fase de adaptación- y, además de conseguir el mejor resultado posible para el equipo, puso la guinda con una par de adelantamientos de mérito en la primera vuelta que le colocaron tercero.

Posteriormente, aguantó a los Ferrari con maestría sin comprometer sus propios intereses con frenadas perjudiciales o movimientos excesivos. Sabía que su guerra era otra y, la que importaba de verdad, la ejecutó sin tacha. Puede que Sainz no sea un piloto tan especial como Verstappen. Pero una cosa es indiscutible: es un piloto de Fórmula 1 con todas las letras.

Force India

Force India introdujo en este Gran Premio novedades en su monoplaza y el equipo dio el salto necesario para ser competitivos en un circuito que, a priori, debía suponer un problema importante. Mejoraron la eficiencia aerodinámica del conjunto, pero también la gestión de los neumáticos, uno de sus puntos débiles hasta el momento.

El equipo siempre ha tenido apuros económicos pero, por alguna razón, consigue mantenerse a un nivel difícil de mantener en formaciones tan modestas. Hay mucho talento en este equipo y, como empieza a ser habitual, fue Sergio Pérez el encargado de materializarlo en puntos. Hülkenberg, de nuevo mediocre en clasificación, mejoró en carrera -algo también habitual-, pero su coche no pudo aguantar toda la carrera.

Marcus Ericsson

Un duodécimo puesto no dice mucho a priori, pero si se trata de un Sauber y, sobre todo, te permite batir a tu compañero de equipo, a los dos Renault y a los Manor, entonces la percepción cambia. El sueco fue el mejor del grupo de cola: lo máximo a lo que se puede aspirar con un Sauber entre manos.

Él mismo calificó esta carrera como, posiblemente, la mejor desde que compite en F1 y es posible que tenga razón. Eligió una estrategia de tres paradas, con la primera muy temprana, pero a pesar de todo consiguió ganar su carrera. La de los seis coches más lentos de la parrilla.

Los estrellados

Mercedes

Literalmente, Mercedes se estrelló este fin de semana en Montmeló. El equipo que parece creado con precisión suiza falló estrepitosamente en el Gran Premio de España. Sus dos pilotos se encargaron de estropear lo que, claramente, iba a ser otro fin de semana en el que sumar un doblete para la marca de la estrella. Obviamente, todo ello perjudica a Lewis Hamilton, que cuenta con la misma desventaja, pero una carrera menos para recuperarla. Queda ver qué consecuencias tendrá en el futuro a nivel interno.

Sebastian Vettel

Escuchar a Sebastian Vettel quejarse por radio empieza a ser bastante habitual y, en esta carrera, volvimos a presenciarlo cuando Daniel Ricciardo intentó adelantarle a final de recta en la última fase del Gran Premio.

Pero independientemente de eso, Sebastian volvió a terminar un fin de semana decepcionado con el resultado. En esta ocasión, tenía ritmo para ganar y la oportunidad de victoria era única, con los dos Mercedes fuera. Pero la estrategia falló de nuevo. Mientras Kimi fue el elegido para dos paradas, Vettel debió hacer funcionar la de tres. Eso implicaba adelantar a los Red Bull en pista, algo que, teniendo en cuenta las dificultades que la Scudería estaba teniendo todo el fin de semana en el tercer sector, parecía complicado ya de por sí.

La guinda llegó cuando, extrañamente, Vettel paró en la vuelta 29 para colocar blandos usados y de nuevo en la 37 para volver a los medios nuevos. En la práctica, eso le dejaba en casi la misma posición que a Verstappen y Kimi -medios hasta el final, pero con sólo una y dos vueltas menos en sus neumáticos- y en desventaja respecto a Ricciardo, que no paró hasta la vuelta 43. Al menos pudo salvar el podio.

Daniel Ricciardo

Fue líder durante una buena parte de la carrera, pero en ningún momento fue capaz de deshacerse de Verstappen y, cuando se repartieron estrategias, le tocó lidiar con la menos acertada.

La falta de velocidad punta del Red Bull le obligó a realizar intentos de adelantamiento muy al límite con Sebastian Vettel, dañando sus neumáticos más de lo debido. Y, a una vuelta del final, el trasero izquierdo reventó y el australiano terminó como el único aspirante al podio que se quedaba fuera de él. Mal día para Daniel en la oficina. Ahora tocasalir de la zona de confort en la que Kvyat le había permitido instalarse para medirse con Max Verstappen. Casi nada.

Fernando Alonso

En los últimos tiempos, el optimismo de Fernando Alonso es inversamente proporcional el sábado a lo que suele ser los domingos. Y es que, tras entrar por primera vez en Q3, un nuevo abandono por problemas relacionados con el motor, baja de la nube a cualquiera.

Fernando sabe que el coche no rinde como debería en carrera, pero intenta no ser la nota discordante en el discurso general de optimismo que artificialmente se ha instalado en McLaren. Ni la fiabilidad es a prueba de balas aún, ni el rendimiento es óptimo en la comparación clasificación/carrera. Seguramente lleguen destellos como el de Rusia, quizá en Mónaco o en algún otro circuito. Pero nada indica que vaya a ser la tónica habitual durante todo el año. Desesperante.

Daniil Kvyat

Primera carrera tras su descenso a Toro Rosso. Debe adaptarse al cambio mientras su compañero de equipo realiza un fin de semana impecable en su carrera de casa. Además, Verstappen obtiene el primer triunfo de su carrera en F1.

Que Daniil entrara en los puntos y cumpliera es un poco lo de menos, porque todo lo demás se puso en su contra. No lo hizo mal el ruso este fin de semana: es normal que un piloto que cambia de equipo necesite un proceso de adaptación. El problema es que Red Bull busca pilotos especiales. Y para serlo, la primera premisa es tener una capacidad de adaptación mayor de lo normal. Verstappen 1, Kvyat 0. Sainz 1, Kvyat 0. Pero, en realidad, de lo que Daniil tiene que ser consciente es de que necesita llamar la atención en otros equipos de la parrilla porque, sea justo o no, su historia en Red Bull termina el 27 de noviembre.

El destello

Williams tiene muchas limitaciones, pero en lo que se refiere a los pit-stops, es el mejor equipo de la temporada de largo. De nuevo sus mecánicos se convirtieron en los más eficientes en boxes, consiguiendo las dos paradas más rápidas de la carrera. ¿Conseguirán batir la barrera de los dos segundos? A ver quién se atreve a descartarlo.

El detalle técnico

Personalmente, esperaba que Red Bull fuera el equipo perseguidor de Mercedes en este Gran Premio, incluso por delante de Ferrari. Mi teoría se sostenía en una de las señas de identidas de este circuito: la eficiencia aerodinámica.

Es sabido que Red Bull tiene un chasis y un paquete aerodinámico brillantes, pero un motor muy inferior al de Mercedes y Ferrari. Y, aunque Montmeló no deja de ser un trazado en el que el motor cuenta lo suyo, también posee curvas rápidas y largas, por lo que la aerodinámica cobra protagonismo.

Finalmente Red Bull demostró tener un ritmo muy similar al de Ferrari, algo peor con blandos y ligeramente mejor con medios. Y su excepcional rendimiento en el tercer sector fue la base del triunfo de Verstappen sobre Räikkönen.

En cambio, otros equipos como Williams, sufrieron más de lo normal por la misma circunstancia, ya que son un equipo con más limitaciones aerodinámicas. Cuando hay igualdad, los detalles marcan diferencias y, en este caso, el trazado fue uno de los más determinantes a la hora de decantar la balanza en los dos grupos más igualados de la parrilla. Red Bull-Ferrari por un lado y Toro Rosso-Force India-McLaren-Renault por otro.

La zona oscura

Hubo muchos puntos de interés este fin de semana, pero sin duda uno de los más polémicos es el accidente que protagonizaron los dos pilotos de Mercedes.

En la arrancada, Nico Rosberg consiguió mejorar la salida de Lewis Hamilton, pero olvidó seleccionar el mapa motor adecuado y, cuando el coche entró en modo de recuperación de energía en la curva 3, perdió potencia y su compañero se echó encima.

Rosberg era consciente de ello y, tras cambiar el mapa motor en el volante, giró rápidamente a la derecha para tapar el hueco hacia el que ya se dirigía Hamilton. Pero era tarde, pues el inglés había equiparado su alerón y parte de sus ruedas delanteras al eje trasero del alemán.

A pesar de ello, Nico no cedió, siguió girando y obligó a Hamilton a salirse a la hierba, perdiendo el control y llevándose por delante a Nico. Hamilton no podía creer lo que había pasado y se echó las manos a la cabeza mientras dirección de carrera ordenaba el ingreso del Safety Car en pista y Mercedes llamaba a todos sus miembros relevantes a reunirse para analizar lo sucedido.

Hamilton tiene el reglamento de su lado y, en mi opinión, también el sentido común. Si aceptamos que esto son carreras de coches y, por tanto, no paseos relajantes, para justificar la defensa de Rosberg, igualmente debemos aceptar que si hay un hueco, por pequeño que sea, Hamilton está en su derecho de ir a por él.

Pero todo tiene un límite y, si Nico no es capaz de cerrarlo antes de que Hamilton meta parte de su coche en ese hueco, debe aceptar la derrota y dejar espacio. Y, luego, buscar el modo de impedir el adelantamiento en la frenada o recuperar posición más adelante.

¿Es inteligente por parte de Hamilton realizar una maniobra tan arriesgada en la primera vuelta? Sólo él sabe si tenía suficiente ritmo como para batir a Rosberg con la estrategia o en pista (algo muy complicado, como pudieron comprobar posteriormente Kimi y Ricciardo). Si su superioridad era dudosa o no lo suficientemente dominadora, Hamilton sabía que debía aprovechar la oportunidad o probablemente perdería la carrera.

Premeditado o no, lo cierto es que Rorberg sale de España sin sanción, con la misma ventaja y una carrera menos por delante. Jugada redonda. ¿Tomará cartas en el asunto Toto Wolff?

Fotos: Red Bull / Williams /Toro Rosso / Force India / Sauber / DHL / McLaren / Mercedes

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